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Violar la luz roja, un alegre pasatiempo

Hacer respetar la luz roja de los semáforos debería ser una de las grandes metas en el objetivo estratégico de modelar una sociedad más civilizada.

Si esa elemental regla es ignorada pese a ser el mecanismo regulador por excelencia del flujo de vehículos y peatones en las intersecciones de calles, avenidas y carreteras, ¿qué otras normas esenciales de la coexistencia social podrían aspirar a tener algún grado de respeto por parte de los ciudadanos?

Si un conductor, consciente de su deber ciudadano, se detiene en los semáforos en rojo hasta que la señal verde le indique que puede continuar y ve que los demás no lo hacen, ¿qué podrá pensar en sus adentros? Que es el único tonto que anda en la calle y que irrespetar la ley no tiene consecuencias.

Con estos ejemplos recurrentes, el irrespeto se vuelve contagioso y eso pudo comprobarse cuando en una prueba hecha por el Intrant con un “semáforo inteligente”, ubicado en un lugar hasta ahora no identificado, se registraron 150 violaciones a la luz roja en los primeros días del experimento.

Para que tenga éxito un programa de disuasión y control de las violaciones a la luz roja de los semáforos, lo aconsejable es visibilizarlos y ubicarlos públicamente. Que los conductores sepan que si se pasan, los capturan las cámaras y las multas les llegarán enseguida, vía Procuraduría General de la República, con derecho a más sanciones si no las pagan.

Cuando las autoridades de la Digesett estacionaron a sus agentes en las entradas y salidas de los elevados y pasos a desnivel para impedir que los motociclistas o vehículos no autorizados usaran esas vías, las infracciones cayeron automáticamente a cero, salvo raras excepciones.

La autoridad, en este caso, hizo respetar la ley. Y el ciudadano, cuando percibe que existe esta voluntad, no se hace el loco. Estos son los ejemplos que debe dar la autoridad en todo momento, sin pestañar, frente a los que siempre están al asecho para volarse la luz roja o ignorar otras normas legales necesarias para la mejor convivencia social.

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