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A la búsqueda de los diabéticos ocultos

El país tiene, según registros oficiales, un millón 345 mil diabéticos, pero las presunciones lógicas de los especialistas los llevan a conjeturar que esa cifra podría estar duplicada en la realidad.

En la dialéctica médica se asume como razonable que por cada diabético descubierto hay otro que falta por descubrir. Y si los hechos se dan como se presume, entonces hay que convenir que esto representa un serio desafío para la salud de nuestros ciudadanos.

Muchos diabéticos ocultos no conocen esta condición porque no se han sometido a los análisis correspondientes, generalmente concentrados en la calidad de la sangre y en las funciones metabólicas de su organismo, y otros, aun diagnosticados como tales, incurren en negación, es decir, en no admitir que lo son.

Como existen muchos mitos o falsas creencias acerca de las complicaciones que se derivan de la condición de diabético, hay personas que se asustan y creen que por esa causa están condenados a morir a destiempo.

Otras, que desconocen las consecuencias de llevar una vida sedentaria y descontrolada al comer, no se cuidan ni practican los buenos consejos de la prevención.

Pese a los programas que se han implementado para identificar a los diabéticos, estos no han podido cubrir un universo mayor, y lo preocupante es que mientras la tasa aceptable es la de un 8.08 por ciento de la población, aquí en el país registramos un 13.45 por ciento, lo que sigue siendo demasiado alto.

Se impone, pues, un mayor pesquisaje, un esfuerzo redoblado de las instituciones de salud para facilitar el descubrimiento de los diabéticos ocultos de forma tal que puedan iniciar los tratamientos correctos que les asegurarían una mejor calidad de vida.

Muchos que lo son, pero que no lo saben, pueden sufrir demasiado por este desconocimiento.

También vale la pena que, en paralelo, se desarrolle una sistemática campaña de información y de educación para que la gente aprenda los signos de la diabetes, se someta a las pruebas para confirmar si tiene o no esta condición y para que tome las precauciones de lugar -si está libre- o para vivir mejor, si en definitiva lo es.

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