No es hora de buscar culpables

Con casi cien muertos encima, resulta vano el ejercicio de buscar culpables si todavía el Ministerio de Salud Pública y los médicos no han tenido toda la capacidad para evitar más víctimas fatales por la epidemia del dengue.

¿Qué es, en definitiva, lo que debe de hacerse para enfrentar el mal y prevenir muertes?

Ambos lo saben, pero algo está dificultando la estrategia del combate.

Salud Pública atribuye la alta mortandad a la “falta de calidad en la atención a los pacientes”, a un “problema de desconocimiento de muchos médicos de la enfermedad y de la forma de manejarla” y a la “falta de supervisión en la aplicación de los protocolos de atención”.

Los médicos, a su vez, dicen que no se han desviado de lo que indica el protocolo y que lo que se requiere es mejorar la condición sanitaria del país, más agua potable, educación del público, control del mosquito vector y atención permanente del problema, aparte de habilitar más camas y unidades de atención a los pacientes.

En un aspecto como éste, la responsabilidad es de todos: del Ministerio, de los médicos y de toda la sociedad.

Por ello, las soluciones tienen que ser aportadas por el esfuerzo mancomunado.

Sugerimos, entonces, que para comenzar el Ministerio de Salud y el Colegio Médico organicen de inmediato cuatro jornadas de actualización de un día sobre el dengue, sus síntomas y formas de tratarlo, una en el Gran Santo Domingo y las restantes en las regiones Norte, Este y Sur del país.

En ellas deben participar todos los médicos de los hospitales públicos y clínicas. Y así todos se ponen de acuerdo en cómo manejar los protocolos y en asegurar la calidad y exactitud de los diagnósticos.

Concomitantemente otros ministerios y entidades sociales, empresariales y comunitarias deben promover jornadas educativas y de prevención, y de esa forma la información llega al público y este puede estar mejor preparado para afrontar el peligro.

Si eso no es suficiente, pidamos ayuda a Cuba u otros países donde la mortalidad por causa del dengue no es tan alta y bochornosa como aquí, para que sus especialistas o asesores nos digan cómo ellos las enfrentan, cuáles son sus mejores experiencias y por qué tienen éxito en su combate y nosotros no.

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