“Somos dominicanos”
Bandera, Escudo e Himno, más el juramento trinitario, que proclamó el nacimiento de una República Dominicana “libre e independiente de toda potencia extranjera, o se hunde la isla”, son los pilares representativos de la dominicanidad.
Todo el que ha nacido aquí debe sentir orgullo de haber sido fruto de una nación forjada sobre la base de altísimos e inspirados principios en que se fundó, y que más tarde ha defendido su soberanía, mediante una lucha gallarda librada en condiciones desiguales contra el yugo haitiano.
Para considerarse como un auténtico dominicano hay que venerar y respetar, primero, estos elementos distintivos y, en el decurso de sus vidas, sembrar patria.
Y la patria se siembra con mejores acciones e iniciativas encaminadas al progreso material y espiritual de los dominicanos porque “ningún pueblo ser libre merece si es esclavo, indolente y servil”.
En este día, en víspera de la magna efemérides de un nuevo aniversario de la Independencia dominicana del yugo haitiano, LISTÍN DIARIO hace honor a su compromiso de ser “el periódico de todos los dominicanos”, poniendo en marcha una campaña denominada “Somos dominicanos”, destinada a estimular y fortalecer el vivo amor por nuestros símbolos patrios.
En esta jornada nos acompañan tres prestigiosas empresas, Santo Domingo Motors, Propagas e Industrias San Miguel, patrocinadoras de programas para proteger el medio ambiente, mejorar la calidad de la educación y fomentar los valores culturales que están enraizados desde el mismo momento de la fundación de la República.
Defender la dominicanidad es un deber irrenunciable de todo aquel que se sienta ser verdadero hijo de esta tierra.
Ahora más que nunca es preciso robustecer la fe nacionalista, la confianza en el porvenir de la República y en las capacidades de todos los dominicanos para engrandecerla ante cualquier desafío, ahora, repetimos, en que como decía Juan Pablo Duarte: “Hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”, pretendiendo humillarla, despreciarla y desacreditarla en el campo internacional con monumentales mentiras y falacias, entre ellas la de que somos un país que permite la barbarie y practica el racismo más radical y fanático contra los haitianos.