Una funcionaria que se pasa de prepotente

Año tras año, los pasantes del programa “Periodistas por un Año” del Listín acuden a La Vega, en el marco de su afamado carnaval popular, para desplegar un amplio trabajo de cobertura de las facetas más significativas en la vida de esa ciudad. Más de una docena de ellos se desplazan hacia distintos objetivos y sus reportajes se publican en el Listín, destacando bellezas y valores de La Vega. En esta oportunidad, la experiencia resultó la más desgradable e ingrata: una funcionaria del ayuntamiento conminó de forma agresiva a varios de los periodistas de la pasantía para que se retiraran del lugar al cual habían sido previamente autorizados para estar, a fin de divisar desde mejor sitio el paso del carnaval. La funcionaria, ahíta de prepotencia, sujetó fuertemente por el hombro y el brazo izquierdo a la joven periodista Jessica Bonifacio “zarandeándola” como si se tratara de un estropajo, para obligarla a salir, junto a sus demás colegas, del área VIP del desfile, pese a que estaban debidamente acreditados. Un maltrato inaceptable. Una agresión injustificada. Porque los periodistas en ningún momento transgredieron reglas ni mucho menos fueron al carnaval a protagonizar desórdenes ni a emborracharse, sino a cumplir con un admirable sentido del deber las coberturas asignadas por la Dirección, todas en función de poner de relieve las buenas cosas y las atracciones que tiene La Vega. Este episodio es un reflejo más de la extendida falta de respeto en que incurren muchos ciudadanos, especialmente cuando desempeñan un carguito o cualquier posición pública de relevancia, contra los representantes de la prensa, unas veces para limitarles su campo de trabajo, otras veces por intolerancia e inconformidad con lo que publican o denuncian. En este caso, no nos explicamos por qué tuvo que llegar tan lejos una mujer contra las jóvenes periodistas de nuestra pasantía, si en ningun momento cometieron irrespetos o faltas graves en el ejercicio de su trabajo.

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