Protección para la vida de estos periodistas
Cuatro reconocidos comunicadores sociales han hecho la grave denuncia de que son objeto de amenazas contra sus vidas, como resultado de las opiniones y posiciones que sustentan sobre temas controversiales del momento. De inmediato, han procedido ante las autoridades del ministerio público de Santiago y de Santo Domingo a formalizar esta querella, indicando nombres y aportando videos de personas que han vociferado amenazas contra sus vidas, de manera pública, en distintos lugares y momentos. Se trata de los periodistas Juan Bolívar Díaz, director del noticiario Uno+Uno, de TeleAntillas; Luis Eduardo Lora (Huchi), y Amelia Deschmaps, del matutino El Día, y Roberto Cavada, de Telenoticias, Telesistema canal 11, quienes se han destacado, en el ejercicio de su profesión, por la valentía y la firmeza con que exponen sus puntos de vista, estando siempre en las primeras filas en las luchas por la defensa de esta libertad en nuestro país. El jefe de la Policía Nacional ha procedido de inmediato a tomar personalmente el mando de las investigaciones de rigor y esperamos que ponga todo su empeño en dar con los desaprensivos que públicamente han vertido sus amenazas, y que igual comportamiento asuman las fiscalías que han sido apoderadas de la querella, ya que los hechos se produjeron en las dos principales capitales del país. El trabajo de los periodistas y comunicadores sociales ha estado siempre en el filo de los riesgos, a menudo a causa de las intolerancias y las incomprensiones de aquellos que no admiten el disenso o que se creen en capacidad de chantajear, intimidar y hasta silenciar a todo aquel con cuyas ideas y juicios no comulguen con los suyos. En América Latina, región donde el periodismo se ejerce con bríos y sin temores, son muchos los que han caído víctimas de las agresiones de sicarios e intolerantes, o los que han tenido que afrontar el duro camino del exilio para salvar sus vidas. En nuestro país ha existido, en sentido general, un estado de libertad para la expresión de las ideas de los ciudadanos, pero eso no quita que surjan o se materialicen amenazas tan desembozadas contra la vida de los comunicadores por parte de individuos o sectores específicos intolerantes, por lo que se hace imperativo que las autoridades esclarezcan la situación y brinden, a los colegas mencionados, la protección que ameritan mientras la justicia se ocupa de jugar su rol, como debe de ser.