Poppy Bermúdez

Poppy Bermúdez fue uno de los grandes íconos del empresariado nacional que, como pocos, trascendió también con notoriedad y éxitos en otras esferas de la actividad nacional. Su apellido, en sí mismo, fue una marca que él personalizó. Una marca de prestigio, valga decirlo, y no porque los rones de su fábrica fueron líderes del mercado durante varias décadas, sino porque él, en persona, era un empresario atípico: se congraciaba con sus empleados, asumía el mismo rol de ellos; era muy humano y comprensivo. Y su gentileza iba más allá del entorno empresarial. Año tras año, para las Navidades, preparaba él mismo un exquisito ponche y los enviaba a sus amistades en los medios de comunicación. Era un presente sencillo pero significativo: una prueba de la calidad de una bebida en cuyo mundo él se desarrolló y se diversificó. Fue un pionero, en todo el sentido de la palabra. Creó el primer canal de televisión a color del país, Color Visión, afianzada desde sus inicios en las cumbres de la aceptación del público y desde allí apoyó la cultura popular y los programas de protección del medio ambiente. Pero fue también uno de los primeros promotores y responsables de la puesta en práctica de los nuevos modelos de desarrollo que la sociedad de Santiago diseñó para que el país pudiera entrar en la etapa democrática, tras la caída de la dictadura de Trujillo, a pasos seguros. Participó como miembro de varias juntas de directores de empresas, entre ellas el Grupo Financiero Popular, matriz del Banco Popular Dominicano y otras ramas financieras, y sus contribuciones al desarrollo nacional son tangibles por doquier. Tras padecer quebrantos de salud por algún tiempo, don Poppy Bermúdez expiró ayer en la tierra que lo vio nacer hace 85 años, y la noticia, como era de esperarse, causó fuerte conmoción, porque don Poppy era una figura querida, una personalidad humilde y filantrópica, un hombre alegre, un trabajador ejemplar que solía venir a la capital manejando su propio vehículo, sin miedo a los peligros. Esas virtudes eran su mayor riqueza, junto a su familia, a cuya esposa e hijos y demás familiares trasmitimos nuestras más sentidas condolencias.