Una gran concesión para los dominicanos en Puerto Rico
En los Estados Unidos, la licencia de conducir es un documento tan importante como la tarjeta de identificación personal. Y cuidado, si más que ésta, para muchos fines prácticos. Con solo presentar la licencia, se le validan al ciudadano que la posee sus acciones de compra, alquiler o venta de bienes y servicios y es invariablemente requerida cuando se realizan pagos en tarjetas de crédito y hasta en apoyo a cualquier exigencia de identificación personal. Ese documento tan valiosísimo y útil se les otorgará ahora a los dominicanos que carecen de estatus legal residentes en Puerto Rico para que puedan conducir vehículos de motor, pero también para realizar operaciones de todo género, lo que equivale prácticamente a una tarjeta o permiso oficial que cubre, por el momento, la falta de documentación legal. Esta ha sido una especial concesión del nuevo gobernador Alejandro Padilla García, como un gesto elocuente de buena voluntad y de reconocimiento a la comunidad dominicana en la vecina isla, a la vez que como un factor facilitador de la presencia legal de nuestros compatriotas allí, en aras de fortalecer las relaciones bilaterales. Esta es una iniciativa única, que será consagrada mediante una ley y esto significa que muchos dominicanos indocumentados podrán comenzar a regularizar sus modos de vida y de trabajo en Puerto Rico, sin los temores de que al carecer de papeles de migración o de residencia puedan ser objeto de penalizaciones legales. No hay duda de que se trata de una medida altamente positiva y amistosa, que la República Dominicana debe agradecer efusivamente.