En los pasillos o en la calle, las ventas funcionaron
El comercio apela a iniciativas muy originales para atraer clientes, y eso lo estamos viendo en estos días no sólo en grandes plazas, sino también en la emblemática avenida comercial que es la Duarte. Los “mall” sacan a los pasillos las mejores ofertas de sus tiendas de ropas, calzados, belleza, artículos decorativos y utensilios hogareños, y de repente se encuentran con una masiva concurrencia de clientes que, por demás, aprovechan los llamados “especiales” de precios rebajados. Los comerciantes de la avenida Duarte también han hecho otro tanto, esta vez en la calle, porque sus tiendas, por lo general, no tienen pasillos como los de las grandes y modernas plazas. Y resulta que en la más reciente “feria” sacaron estanterías y carpas a la calle y la convirtieron en un peatonal, donde la gente se movía entre ellas y al mismo tiempo aprovechaba las diversiones que se ofrecieron. Además, dio una sensación particular el hecho de sentirse caminando en el medio de la avenida, por donde sólo circulan miles de vehículos al día, sin temor a nada. Un total de 22 tiendas participaron en este exitoso experimento, que hizo subir las ventas en un 200 por ciento, de acuerdo con los comerciantes. Bastó sacar las mercancías a la calle, como si fuese en los pasillos de los “mall”, para que los clientes sintieran que la novedad tenía sus atractivos, más allá de los precios reducidos. Talvez otras calles y avenidas comerciales puedan repetir la experiencia, porque es un ganar-ganar para todos: los que compran y los que venden, en un ambiente nuevo, de modo que le impriman al comercio detallista un toque más popular, de menos lujos pero de buenos precios, como aconteció la primera vez que las tiendas dominicanas se sumaron a la costumbre del “viernes negro” y abrieron sus puertas todo el día y la noche, con atractivos especiales.