A poner las barbas en remojo

Con la fulminante destitución del Contralor General de la República, centro de un escándalo por las pensiones que se otorgaron en la Superintendencia de Bancos a él y otros altos ejecutivos, el presidente Danilo Medina manda al resto del funcionariado gubernamental un mensaje de la forma en que actuará sobre los subalternos que yerren. El refrán popular que aconseja “Cuando las barbas de tu vecino comienzan a arder, pon las tuyas en remojo” cae, en este contexto, como anillo al dedo, para que los demás integrantes de la plana mayor del Gobierno tomen nota de que el Presidente no está dispuesto a tolerar procederes ni decisiones que resulten lesivas al interés público. O que se salgan de las líneas trazadas en la normativa ética y de gestión transparente que han tenido que fi rmar, y se supone que asumir, los ministros, viceministros y demás altos funcionarios de la Nación. Las primeras señales de desaprobación a la medida que favoreció, con pensiones elevadísimas, a numerosos ex-funcionarios de la Superintendencia de Bancos, tras una reforma aparentemente acomodaticia del reglamento que las instituye, las dio la Superintendencia de Pensiones al anularlas pura y simplemente. Ahora se ha producido la destitución del Contralor General de la República, que era antes el Superintendente de Bancos, a quien de entrada le hicieron reconsiderar algunas cancelaciones de funcionarios que dispuso al asumir este último cargo y que generaron, muy tempranamente para el nuevo gobierno, un foco de protestas y denuncias públicas. El presidente Medina, al disponer la sustitución, da a entender que en su “librito” de mando no tomará mucho en cuenta la inexplicable tradición dominicana de remover a funcionarios solo en fechas específi cas de febrero y agosto de cada año. Es decir, que lo puede hacer en cualquier momento, máxime si las preceden escándalos o escarceos de este tipo. Y la de anoche ha sido una prueba inconfundible.

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