Haití y RD, en su mejor momento

Haití y nuestro país están viviendo uno de sus mejores momentos en la historia de las relaciones bilaterales. La cooperación se ha intensificado desde la tragedia del 12 de enero del 2010, alcanzando niveles nunca antes vistos. No hay campos de fricción, ni tampoco frialdad. Los presidentes Fernández y Martelly se conectan y se entienden bien. Han abierto aun más las puertas para la comunicación, el entendimiento y la cooperación. Y como uno de sus esplendorosos frutos, ahí está la nueva universidad donada por la República Dominicana, que es ahora mismo, sin jactancia, la edificación más moderna que tiene Haití. Con ella se ha sembrado una semilla perdurable, una fuente de educación, cultura y desarrollo. No hay obra, todavía, que se le compare en estas magnitudes y proyecciones en un Haití que esperaba mucho de la solidaridad internacional, pero que ha comprobado que su gran y efectivo aliado ha sido el pueblo dominicano. Los haitianos están muy agradecidos de esa solidaridad. Así lo han dicho y así lo testimoniaron ayer, con pruebas de cariño y admiración al presidente Fernández, en el acto de inauguración de la Universidad. Una buena vecindad, una oportuna mano amiga al vecino que la necesita, son factores que pueden pavimentar aun más la vía para que Haití avance en su recuperación, persiga mejores horizontes y, nosotros, igualmente avancemos sin sobresaltos, sin amenazas y sin presiones humanas o sociales que aún no estamos en condiciones de absorber y manejar.

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