Arzobispo por muchos años más

El cardenal López Rodríguez está en plenitud de salud y de intelecto, y todavía tiene energías suficientes para llevar a cabo los grandes retos que se ha planteado la Iglesia católica en el mundo

Su Santidad, Benedicto XVI, ha concedido una especial dispensa al arzobispo metropolitano de Santo Domingo, cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, al autorizarle a seguir prestando sus valiosas funciones pastorales más allá del límite de edad que, para fines de retiro de los obispos, establecen las normas de la Iglesia católica. Esto significa que, a pesar de haber cumplido ayer 75 años de edad, el Santo Padre entiende que todavía la iglesia dominicana, en particular, y la universal, por supuesto, confían en la capacidad del cardenal López Rodríguez para proseguir en el tiempo una labor pastoral que, por mucho, ha sido altamente fecunda. En cincuenta años de sacerdocio, López Rodríguez ha hecho extraordinarias contribuciones al fortalecimiento y expansión de la fe cristiana en el país y, con una autoridad moral y un valor personal que nadie osa poner en duda, ha sido la voz que se ha levantado para llamar la atención sobre las desviaciones que, a menudo, colocan a la sociedad dominicana en perspectivas de rumbos equivocados, o para animarla en la búsqueda de sus mejores destinos. El cardenal López Rodríguez está en plenitud de salud y de intelecto, y todavía tiene energías suficientes para llevar a cabo los grandes retos que se ha planteado la Iglesia católica en el mundo, entre ellos el nuevo esfuerzo por la evangelización que implicará la realización de una gran consulta nacional para reconocer qué aspiraciones y necesidades tiene la feligresía dominicana en este campo. La dispensa que le ha otorgado el Papa Benedicto XVI para que siga al frente del Arzobispado de Santo Domingo es independiente a su condición de cardenal, que mantiene de por vida. Sigue perteneciendo al Colegio Cardenalicio y solo después de que pase de los 80 años pierde el derecho al voto en los consistorios, mas no el derecho a voz en tales cónclaves. Hay doble motivo, pues, para congratular al señor Cardenal en estos momentos: por cumplir 75 años con la gracia de una buena salud y un buen ánimo para continuar su misión arzobispal, y por la confianza que el Sumo Pontífice ha depositado en él para que siga prestando sus eminentes servicios a la causa de la fe desde la cátedra primada de América.

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