Preparados para lo peor

Estas logísticas deben ser tomadas en cuenta por los dominicanos como ejemplos de correcta prevención ante fenómenos, que siendo veleidosos como las tormentas y huracanes, suelen cambiar de intensidad, velocidad y rumbo de un momento a otro.

Las autoridades norteamericanas han tomado, a tiempo, extraordinarias medidas de prevención para hacer frente a los peligros que representa el huracán Irene para una amplia franja de territorio de la costa Este. El propio presidente Barack Obama dirigió un mensaje a la nación para exhortar a más de 65 millones de personas que residen en distintos Estados del Este a que no demoren la adopción de medidas de precaución, a fi n de evitar que Irene, al que defi nió como un huracán que será “histórico”, cause mayores daños de los previsibles en todos los sentidos. Es admirable la rapidez con que gobernadores y alcaldes de los Estados y ciudades, en coordinación con el organismo nacional que se ocupa de estos asuntos, han diseñado las medidas de rigor que aconsejan estas emergencias, entre ellas la de evacuar obligatoriamente zonas y recintos hospitalarios y de otro género, con tal de poner a resguardo a los ciudadanos y sus bienes. Estas logísticas deben ser tomadas en cuenta por los dominicanos como ejemplos de correcta prevención ante fenómenos, que siendo veleidosos como las tormentas y huracanes, suelen cambiar de intensidad, velocidad y rumbo de un momento a otro, no deben ser, en cambio, festinados ni subestimados, lo que induce a descuido y, más adelante, a lamentables consecuencias. Lo destacable es el carácter de obligatoriedad que se asignan a las medidas que tienen que ver con el desplazamiento, evacuación o protección de los ciudadanos. No es un asunto de elección individual, de si un ciudadano quiere o no quiere acogerse a la recomendación de las autoridades. Con procedimientos así, las autoridades pueden garantizar el menor daño posible a las vidas humanas, porque, en realidad, ese es uno de sus deberes insoslayables. Aprendamos de este modelo de precaución ciudadana ante los fenómenos atmosféricos que nos amenazan en esta temporada ciclónica, para que no vuelvan a repetirse los innecesarios casos de personas que mueren en deslaves e inundaciones por no salir a tiempo de sus zonas vulnerables cuando fueron advertidas, con tiempo y de manera sistemática, por las autoridades.

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