Transparencia sobre todo
Los partidos políticos han cumplido un papel fundamental en el desarrollo de las democracias de los países latinoamericanos y República Dominicana no es ninguna excepción en este proceso.
Tras el fi n de las dictaduras en el continente, fueron las organizaciones partidistas las que guiaron a los pueblos hacia la institucionalidad democrática y los que de alguna manera sentaron las bases de un sistema que si no es perfecto, es por lo menos el que más se ajusta a lo que todos queremos por su respeto a las libertades fundamentales.
Como ocurre en otros lugares, el Estado dominicano destina de su presupuesto nacional unos fondos millonarios para promover el ejercicio político, para que los partidos puedan funcionar con normalidad y para preservarlos de la influencia económica de fuerzas oscuras y poderosas como el narcotráfico.
Ese dinero que los partidos reciben, y que en las últimas siete elecciones dominicanas, presidenciales, legislativas y municipales, representó la suma de 6,000 millones de pesos, es una cantidad inmensa que salió de nuestros bolsillos y que nos da el derecho a exigir que se manejen con total transparencia.
El funcionamiento de la democracia no es posible sin los partidos políticos que son los que suelen representar las aspiraciones de los pueblos, pero no por eso están exentos de rendir cuentas a la sociedad, mucho menos cuando esas partidas pueden ser utilizadas en otros renglones tan necesitados como la educación o la salud.
De allí la enorme responsabilidad que tienen tanto los partidos para darle un buen manejo a los recursos que el Estado les provee, como el de la propia ciudadanía que está llamada a vigilar el uso transparente y oportuno de esos fondos.