Pillado
Con este expediente, Strauss-Khan entra en el no muy deseado círculo de líderes mundiales cuyas carreras se han hundido o cuya reputación ha quedado demolida o maltrecha por estas resbaladuras sexuales.
El mundo ha quedado escandalizado con las revelaciones de que Dominique- Strauss-Kahn, director del ente financiero global más importante, el Fondo Monetario Internacional, ha sido pillado en un acto de agresión sexual a la mucama de un hotel en Nueva York. La desventura le llega en un momento en que se le consideraba potencial candidato presidencial del Partido Socialista francés, con amplias posibilidades de convertirse, pronto, en nuevo presidente de su país. Bajo el peso de tres acusaciones formales de la Fiscalía de Nueva York (agresión sexual, retención ilegal e intento de violación), su moral, su prestigio y su carrera política quedan, como en el “Complejo de Perrichom”, colgadas de un clavo quebradizo, en el mismo borde de un precipicio. Esto constituye una dura prueba para él, su familia, sus partidarios y, en especial, el Fondo Monetario Internacional. Al poderoso Strauss-Khan se le atribuyeron, en el pasado, hechos que lo presentan como un libidinoso, como un hombre que no tiene frenos para la lujuria, y de esto, justamente, es que se le acaba de acusar en Nueva York. Con este expediente, Strauss- Khan entra en el no muy deseado círculo de líderes mundiales cuyas carreras se han hundido o cuya reputación ha quedado demolida o maltrecha por estas resbaladuras sexuales que, como todos los pecados del hombre, terminan pagándose muy caro.