¿Y dónde se metieron?

Hace ya más de dos semanas que la prensa viene reportando, de manera amplia, las severas consecuencias de la sequía en la línea Noroeste. La tierra agrícola se ha fragmentado por la sequedad, incontable número de reses ha muerto de inanición, los productores de leche ven crecer cada día las pérdidas en sus negocios y en las fincas ganaderas están despidiendo a los trabajadores porque no hay nada que hacer. Estamos frente a una verdadera crisis agropecuaria, culpa de la sequía, fundamentalmente. Pero esa realidad no parece mortificar a las autoridades, o ellas no se han enterado todavía. Pese a su magnitud, es mayor la sorpresa al saber que ninguno de los altos cargos del sector oficial agropecuario ha aparecido por esos pueblos de la zona Noroeste para ponerse al frente de algún plan especial o de emergencia. Si hay alguna razón de fuerza mayor que impida que un ministro o un director general de dicha área se tome la molestia de ver qué es lo que está pasando allí y qué medida puede tomar el Gobierno en auxilio de los pobladores del Noroeste, pues que se diga, para que así los habitantes de esa región busquen por sí mismos cómo salir de esta crisis. La pregunta obligada que se hacen hoy los noroestanos (y que nosotros también la asumimos) es esta: ¿Y dónde están las autoridades?

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