¿Por qué el júbilo en EU?
Desde que se conocieron las primeras noticias sobre la muerte de Osama bin Laden, entusiastas ciudadanos norteamericanos, de manera espontánea, se entregaron a las celebraciones jubilosas por ese acontecimiento. Algo pocas veces visto, una multitud se aglomeró ante la Casa Blanca a la medianoche del domingo para lanzar vítores, mientras al mismo tiempo otra muchedumbre copaba la famosa Time Square y el área donde estuvieron las torres gemelas derribadas en septiembre del 2001 por un acto terrorista que el grupo de Bin Laden, Al Qaeda, cometió y reivindicó en su momento. Cuando esto ocurrió, llenando de asombro y estupor al mundo, los seguidores de Bin Laden en el mundo árabe, y otros enemigos de Estados Unidos, celebraron esta horrible matanza, a su manera. Se les veían eufóricos y alegres porque unos “hermanos musulmanes” habían logrado la hazaña de herir al imperio en sus más sensitivos símbolos. Y mostraban más saciedad por la sangre de “los infieles”. A esos enemigos de Estados Unidos y de Occidente no les importó el dolor de miles de familias que perdieron a alguien en los atentados a las torres y al Pentágono o las víctimas inocentes que iban en los vuelos suicidas de los aviones comerciales empleados en los ataques. Ahora, cuando los estadounidenses creen que se le hizo justicia al principal ideólogo y responsable de esos y otros ataques bestiales, no han encontrado una opción mejor para expresar su júbilo que yendo al mismo lugar en el que estuvieron las torres gemelas, como una manera de recordar y conectarse con las víctimas y recobrar el orgullo nacional lastimado por aquellos episodios. Hoy, Estados Unidos luce unificado en esa sensación de victoria al ver liquidado a uno de sus principales y peligrosos enemigos, Osama bin Laden, y es difícil que alguien se atreva a cuestionárselo.