El medio ambiente

Hay ahora, en este tiempo, mayor conciencia ciudadana sobre la importancia de cuidar el medio ambiente que nos garantiza la vida. En muchas partes del mundo se han formado organizaciones que se esfuerzan por promover esta defensa, tanto si se trata de amenazas a los recursos marinos como a los de la tierra o a la misma atmósfera. En nuestro país, asoman ya los grupos que se identifican con la lucha por la protección del medio ambiente y los que, sin hacerse tan evidentes con sus formas de protesta o de denuncia, trabajan incansablemente en labores de reforestación, de limpieza de playas y ríos o en la educación y orientación ciudadana para prevenir la contaminación del aire. En San Francisco de Macorís, por ejemplo, se ha instituido un día del aire limpio, sin ruidos, y esa actividad está concitando cada año la solidaridad del pueblo y la comprensión de las amenazas que sufre el medio ambiente. Los llamados ecologistas se hacen sentir en cualquier ámbito donde se detecten riesgos a la naturaleza, y hasta en la vida política han surgido “partidos verdes”, que simbolizan este esfuerzo mayor por la preservación de aquellos elementos que aseguran, al ser humano, una vida más sana y prolongada. Como hoy es el Día Mundial del Ambiente, la fecha es propicia para felicitar a los ciudadanos que están dedicando tiempo y recursos en la defensa del patrimonio natural de toda la humanidad, un patrimonio que Dios ha creado para nuestro pleno disfrute, pero sin dañarlo ni maltratarlo con tantos inventos y desaciertos que vienen aparejados con el progreso de las ciencias y la tecnología, o con las guerras y las armas contaminantes y mortíferas que constituyen los escudos de persuasión de países que pretenden monopolizar el control político y económico del mundo.