La cumbre sobre Haití

Hasta ahora, la comunidad internacional ha hecho promesas de suministrar ayudas multimillonarias a Haití para emprender su proceso de reconstrucción, algo en lo que muchos están de acuerdo que tomará años, muchos años. Las sumas requeridas para emprender este esfuerzo oscilan entre 14 y 20 mil millones de dólares, y por lo pronto se tiene la promesa de varios países de aportar, en conjunto, dos mil millones durante cinco años (que englobarían 10 mil millones de dólares) más las otras ayudas que se adicionen. En lo que se materializan esas promesas, hoy se abre en nuestro país una cumbre de naciones que tratará de poner los números en claro acerca de las obras que se necesitan realizar, su prioridad y el calendario de cumplimientos. Ya existe un esquema, elaborado en el curso de varias reuniones técnicas, de las cosas que ameritan cada una de las áreas a ser objeto de recuperación y reactivación, lo que indica que se tiene un buen punto de partida para acometerlas. Sin embargo, frente a las dudas de que el actual régimen de Haití pueda manejar por sí mismo y de manera transparente tal volumen de recursos, se ha lanzado la idea de crear un fideicomiso para que la ayuda sea recibida y administrada por un órgano supranacional. Es lo mejor que podría ocurrir para garantizar a los donantes un uso adecuado de las ayudas, sobre todo en momentos en que ya se registran turbios negocios con alimentos y otros elementos indispensables que se recibieron y se reciben desde el 12 de enero, día de la tragedia que ha hundido a Haití y que lo tiene postrado en todos los sentidos, a merced ahora de una generosidad que habrá de ponerse a prueba en esta cumbre liderada por la República Dominicana.

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