Dominicanos enfrentan la inflación en Alemania

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Cándida AcostaBerlín, Alemanía

Los dominicanos, como en todo el mundo, están sintiendo en sus bolsillos el peso de la inflación, con altos precios de alimentos básicos. En Alemania hay más de 6,000 dominicanos, muchos de los cuales ya han logrado la doble nacionalidad, y trabajan en diversas labores.

Ana Marina Reví Matos es una de ellas. Tiene cerca de 30 años en Alemania. Ahora vive en Am Hegelsberg, Griesheim. Trabaja como enfermera ambulante. Lleva medicinas a personas envejecientes, inyecta insulina a diabéticos, entre otros servicios de salud.

Cuenta Ana Marina que ha vivido en varios estados, incluyendo Munich, y Berlín, mientras estuvo casada con un alemán, que nunca como ahora está la vida de cara.

Las carnes, vegetales y frutas han subido de precios y para ella sola de 100 euros que destinaba cada semana a comprar esos productos ahora destina de 150 a 175 euros, pero como dominicana no pone en jugo su alimentación, pero se ve obligada a vacacionar menos.

A la población se le ha pedido que ahorren energía, que dediquen menos tiempo al baño personal y que enciendan menos la estufa, cosa que de hecho los dominicanos como ella no asume del todo, porque tampoco la ducha entra en el juego, dice.

El dinero a ella le rinde un poco porque se ha mudado con su hermana, la señora Schön. Igual presión vive la señora Schön Ivelisse, también residente en Am Hegelsberg, Griesheim, Alemania.

Ivelisse Schön tiene 30 años que salió de República Dominicana. También ha vivido en varias ciudades, pero allí hizo familia, logró estudiar y montar su propio negocio, un consultorio en casa, y comprar carro. Como tiene de casada una gran casa, allí tiene un piso en el que vive una cuñada, en otro su esposo y su único hijo y en otro opera su negocio. Estudió el idioma alemán, enfermería y también medicina de los pies (que ahora es Podología).

De acuerdo con la dominicana, ella tiene tres trabajos, el de cuidado de los pies de pacientes diabéticos, uñas encarnadas y hongos; el de enfermería y en un asilo de ancianos, y eso le permite vacacionar, pero aun así los gastos han incrementado en todo, dice. Su vida laboral transcurre entre las cinco de la madrugada y las seis de la tarde y no le falta trabajo. Allí todos la conocen.

Formación Su vida laboral transcurre entre las cinco de la madrugada y las seis de la tarde y no le falta trabajo. Allí todos la conocen.

Cada semana, con su nueva vida reciente de soltera, la señora Schon destinaba 75 euros a la comida cruda, ahora gasta el doble y más. En Europa se trabaja sobre la base de sueldos por hora que comienzan desde 10.50 euros.

Se ha anunciado que subirán el pago por ahora laboral a 12 euros para que la gente haga frente a la inflación. El Estado también, al igual que otros países, dispuso de una ayuda monetaria de 300 euros durante la pandemia. Al personal de enfermería se le dio una ayuda de 400 a 500 euros, afirmó.

“No se puede ahorrar. Antes del Covid-19 sí se podía ahorrar”, dice, al agregar que todo eso hace que las vacaciones sean más limitadas y que el que no tiene dinero y vive el “día a día” sienta el peso de la carestía.

Una medida que ha adoptado es continuar la costumbre de ahorrar energía, aunque es muy poco el tiempo que dura en casa.

Las leyes que son duras y la dificultades afloran cuando hay diferencias en los servicios. Schon dijo que en este momento enfrenta un caso de un recibo de energía eléctrica con error de facturación, que ha llegado por 2,000 euros y que ya va por casi el doble. Mientras no solucione el problema, dice, no hay paz.

Su trabajo de cuidado de los pies lo realiza desde hace 22 años en el poblado de Am Hegelsberg, Griesheim. Allí todo el mundo la conoce y la distingue. Asegura que su primer decisión fue estudiar, por lo que sugiere apegarse a la formación que le garantice de ingresos para vivir con cierta comodidad.

Hoy día, tiene carro, negocio y apartamento y su único hijo, Sebastián, está punto de graduarse de medicina técnica, una carrera que enseña a hacer equipos que se usan en los hospitales para hacer estudios, como cardiogramas, y además, trabaja en una compañía de implantes y equipos usados en la odontología.

En el poblado, afirma, la conocen, la quieren y tiene muchos pacientes que atender, sin tener que pagar publicidad.

Precios La población mundial ha sufrido el impacto de la inflación, especialmente en los alimentos básicos, que aunque se ha moderdo la sequía plantea un reto, y en el caso de Alemania, se siente más por las implicaciones de la guerra rusa en Ucrania.

Carestía Las carnes, los vegeales que son alimentos básicos ha subido mucho, al igual que la energía.

Laboriosos Hoy día, la dominicana Schön tiene carro, negocio y apartamento y su único hijo, Sebastián, está punto de graduarse de medicina técnica, estudio que complementa con su trabajo en una empresa de equipos hospitalarios.

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