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Un año con Propósito

Estos primeros días del año suelen ser días de reflexión e introspección, muchos de nosotros tenemos esa típica costumbre de tomar una hoja en blanco y listar al menos cinco emprendimientos para el año que recién inicia.

En el ejercicio resulta común iniciar con intenciones como mejorar la salud física y mental y por supuesto el dedicarnos más tiempo para nosotros y para nuestros seres queridos, de forma seguida suelen figurar también proyectos de re perfilamiento y aprendizaje.

Lo cierto es que estos propósitos de año nuevo, aunque inicialmente son concebidos de manera personal terminan teniendo una importante vinculación con nuestro quehacer profesional y nuestro lugar de trabajo.

Esta relación que es casi inherente se ve explicada por el fenómeno evolutivo del concepto: balance vida- trabajo que posteriormente se denominó Experiencia del Colaborador y más recientemente como Experiencia Humana.

Y es que anteriormente las empresas habían errado en abordar el concepto, porque se centraban en lo que las organizaciones buscaban y necesitaban del talento y no necesariamente en lo que las personas realmente necesitamos de nuestros trabajos.

Hoy en día el concepto finalmente tiene una denominación justa. La Experiencia Humana no debe estar desvinculada del lugar de trabajo, pues es en el lugar de trabajo, donde usualmente compartimos, co-creamos, aprendemos y hasta nos reímos, de modo tal que uno de esos propósitos en la lista del año que inicia también debería de ser el de agradecer y disfrutar más de mi oficio y de mi trabajo.

La autora es socia de Talento Humano para Latinoamérica de Deloitte

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