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El sector salud busca soluciones ante la parálisis del Gobierno

La clase médica, pacientes e instituciones internacionales alertan del deterioro del sistema público de salud. FUENTE EXTERNA

La clase médica, pacientes e instituciones internacionales alertan del deterioro del sistema público de salud. FUENTE EXTERNA

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Juan José de la LleraSanto Domingo, RD

El sistema público de salud dominicano se enfrenta cada día al reto que supone dar respuesta a las necesidades de la población en un marco complejo, en continua transformación y en el que mientras las necesidades se incrementan, los recursos con los que hacerlas frente son claramente insuficientes. El escaso gasto público en salud, medido como porcentaje del PIB, ha acabado por provocar un malestar social que ahora se traslada a los gestores públicos.

Las cifras no engañan: durante 2019 el Gobierno, siguiendo la tónica de los últimos años, ha destinado solo el 1,64% del PIB al sector salud, porcentaje equivalente a poco más de RD$69,000 millones.

La clase médica, pacientes e instituciones internacionales alertan del deterioro del sistema público de salud por el continuo incumplimiento de lo establecido en la Ley 12-01 de Estrategia Nacional de Desarrollo, que fuerza un compromiso al Gobierno para aumentar sus aportaciones del 1.4% del PIB en 2009 hasta una meta intermedia del 4% en 2020 y un objetivo final del 5% en 2030. De hecho, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), nuestro país está en la cola en inversión en salud según su producto interior bruto, junto a Haití y Venezuela. Una dramática llamada de atención.

Ante esta situación, los reguladores económicos internacionales han instado también al Gobierno dominicano a mejorar su red de salud pública. “La red pública de servicios se ha rezagado en su proceso de reestructuración, con serios problemas de calidad, eficiencia y gobernanza. El país necesita profundizar en su reforma de salud para alcanzar la cobertura universal de servicios de calidad”, alerta el Banco Mundial en su informe República Dominicana: implementación de un sistema de protección de la salud que no deje atrás a nadie.

Quien más diariamente sufre la falta de recursos es, junto a los afectados, la profesión médica. En este sentido, el director médico del Instituto Oncológico Dr. Heriberto Pieter, Dr. José Ramírez, asegura que la baja asignación y cobertura a salud, prevención y tratamiento repercute negativamente es la actualización de catálogo básico de medicamentos y hace un llamado a velar por la protección de aquellos pacientes crónicos sin recursos. “El tope para las enfermedades catastróficas en muy bajo. Cuando un paciente consume un millón de pesos se queda sin cobertura, sale expulsado del sistema. ¿Cuánto vale la vida de un ser humano?, vale lo que cueste”, afirma de forma taxativa.

El discurso Más pragmático es el discurso oficial de los responsables de administrar las cuentas públicas. “Si en República Dominicana tenemos una carga tributaria que ronda el 15% del PIB, el servicio de la deuda se lleva un 6%, la educación preuniversitaria un 4% y se le asignara un 5% a la salud y, en adición, no queremos tomar préstamos, de golpe se acabó todo”, afirmaba en una de sus últimas declaraciones públicas el anterior ministro de Economía, Isidoro Santana. “El problema del financiamiento del sector salud, como de tantas necesidades públicas, es algo que demanda de un gran acuerdo nacional, un pacto fiscal”, apuntaba.

Pero mientras no se alcanza la deseada reforma fiscal que garantice mayores ingresos al Estado, algunas voces respetadas del sector económico acaban de presentar alternativas temporales para aumentar el gasto en esta área. Es el caso del gabinete de análisis económicos Hebrard & Hebrard Consulting, que propone limitar el crecimiento nominal del Gasto Primario No Social a la tasa de inflación; de esta forma, se conseguiría un crecimiento inferior al crecimiento nominal de la economía. “Este primer resultado permitiría recorrer la primera mitad del camino que nos separa de la meta de alcanzar el 4% del PIB; la otra mitad del camino se lograría gracias a la reforma fiscal que se vislumbra a partir de 2021”, explica el economista Henri Hebrard.

Esta regla restrictiva aplicada al gasto Primario No Social permitiría destinar al sector social el 85% del aumento total de los gastos proyectados. Así, el total de estos gastos sociales pasaría de RD$348,700 millones (2019) a RD$646,900 millones (2024), equivalentes a RD$291,900 millones adicionales, lo que representa un importante crecimiento del 82,2%. Gracias a esta priorización hacia los gastos sociales se lograría sin reforma fiscal que el presupuesto destinado a los servicios de Salud pasase del 1,69% del PIB en 2019 al 2,90% del PIB en 2024, es decir, un avance muy significativo, equivalente al 1.21% del PIB en tan solo 5 años.

La Coordinadora Nacional de la Salud (Conasalud) viene reclamando durante los últimos años elevar el gasto pero recientemente ha elaborado también un anteproyecto de ley para aumentar hasta el 5% del PIB el gasto en Salud. Su propuesta incluye “garantizar el acceso universal a la salud, así como a mejorar la calidad, oportunidad y el acceso regular a los servicios que prestan las instituciones públicas de salud, financiadas en forma total o parcial por recursos del Presupuesto Nacional”. A su entender, sin la aplicación del 5% del PIB el sistema no podrá enfrentar las deficiencias “crónicas” que existen en la entrega de los servicios a las familias más pobres y vulnerables de nuestro país.

*El autor es Consultor en Comunicación.

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