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Coherencia

La reputación corporativa se construye haciendo bien las cosas

La reputación depende directamente de las opiniones de los grupos de interés. ISTOCK

La reputación depende directamente de las opiniones de los grupos de interés. ISTOCK

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Sergio Cid y Muriel SorianoSanto Domingo

Construir una buena reputación conlleva tiempo y grandes esfuerzos. El primer paso para lograrlo es haciendo las cosas bien, tomando en cuenta que esta es una valoración de los grupos de interés a las empresas a partir de sus acciones y respecto del cumplimiento de su promesa de valor.

Dentro de las metas e intereses de una empresa, la reputación vendría siendo el último escalón en el proceso evolutivo de la imagen, pues es una carta de presentación que antecede a la empresa, a sus productos y servicios, atribuyéndoles criterios a partir de las opiniones de las personas.

“Si la reputación es buena, la empresa se convierte en un referente en el mercado, mejoran las ventas, aumentan las solicitudes de empleo, la competencia la imita, se amplían los negocios, las comunidades la respetan. Si la reputación es mala o tiene brechas importantes, entonces es una oportunidad para que la empresa analice su posición y tome medidas correctivas”, explica la experta y estratega de comunicación, Alicia Puello.

Asimismo, resalta que la reputación corporativa se construye haciendo bien las cosas que las empresas deben hacer y comunicando bien lo que esas empresas hacen bien. Es decir, es el resultado de una combinación de actuación empresarial responsable y de comunicación eficiente.

¿Qué pasa si no la tengo?

La reputación corporativa depende directamente de las opiniones de los grupos de interés; sin embargo, la empresa no deja de tener una gran responsabilidad partiendo de la coherencia entre su pensamiento y sentimiento, así como lo que hace para generar opinión.

La empresa que pierde reputación podría perder empleados, negocios, clientes y oportunidades. Por eso, es importante que cumpla con su rol comercial y social y mejorar sus estándares.

“Perder una buena reputación es perder, en todo el sentido de la palabra. Por supuesto, esto es un proceso. No siempre sucede de la noche a la mañana, así como tampoco se gana reputación positiva de la noche a la mañana. Si una empresa no tiene reputación, posiblemente es porque no es conocida o porque no existe. Si no existe, no hay nada más de qué hablar. Si no es conocida, entonces la empresa deberá hacer un esfuerzo inteligente por salir de esa zona de desconocimiento”, destaca Puello.

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