La Tierra “celebra su día llena de basura y con humanos menos conscientes”

Cuando me propuse abrir este espacio, el primer tema en llegar a mi cabeza para abordar fue el turismo. De hecho, bauticé esta columna con el nombre ¿Y si hablamos de turismo? Con el objetivo claro de abordar temas relacionados a la “industria sin chimenea” desde todos los ámbitos, sobre todo de manera objetiva y entendible para quienes la lean a partir de hoy y todos los lunes.

Pero, hablar de turismo no solo implica destacar las bellezas que tiene nuestro país o recomendar lugares emblemáticos para visitar, va más allá. Conlleva concienciar a la población a realizar esta actividad de manera sostenible y amigable con el medioambiente.

Aprovecho que hoy 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra para llamar a la atención de cada uno de nosotros. Para cuestionarnos si de verdad merecemos disfrutar de un país que lo tiene todo. Quizás la respuesta sea sí, que lo merecemos, pero la realidad es que, con cada bolsa de plástico, cada vasito higiénico, cada sorbete dejado en las orillas de las playas y balnearios demuestran todo lo contrario.

Hoy la Tierra celebra su día llena de basura y con humanos menos conscientes del daño que causan. Una muestra de ello son las recientes imágenes que llenaron ayer las redes sociales de la cantidad de basura que dejaron los vacacionistas en playas y balnearios. Escenas que realmente dejan mucho que decir de la clase de depredadores que somos.

Con frecuencia nos quejamos de los desechos sólidos que nos encontramos en los lugares turísticos, pero rara vez nos detenemos a pensar si somos parte de la población que los tira allí.

Si bien es cierto que hay quienes solo hacen ensuciar, existen otros que se encargan de limpiar el desorden dejado y preservar lo nuestro y que merecen ser felicitados por eso. Tal es el caso de las más de 2,000 personas que, dirigidos por el Ministerio de Turismo y el Comité Ejecutor de Infraestructuras en Zonas Turísticas (Ceiztur), limpiaron cerca de 105 playas y 35 balnearios de los polos turísticos del país.

La invitación es a cuidar lo nuestro. A ser parte de la solución y no del problema. Protejamos los más de 48,000 kilómetros cuadrados de paraíso que Dios nos ha regalado con tanto esmero y que le llamamos país.

Realicemos un turismo sostenible, un turismo que no dañe y que nos permita seguir disfrutando de esta tierra bendita que dentro de sus cuatro puntos cardinales tiene de todo y para todos.