El trabajo en la Industria 4.0

Hoy día, uno de los grandes desafíos que enfrentan las organizaciones es comprender el complejo entramado que define el empleo en la industria 4.0. El trabajo y la fuerza laboral, tal y como se estructuró en el pasado, es un modelo agotado. Es preciso re- imaginarlo para tomar decisiones acertadas y no ampliar las fisuras que permiten avanzar el desempleo y frenar el bienestar de las personas.

En la Cuarta Revolución, la fuerza laboral se amplía, participan los empleados de tiempo completo, robots y otras figuras digitales, la fuerza contingente (economía gig, personal de tiempo parcial, entre otros) y las figuras de externalización (centros de servicios compartidos, entre otros), existe un rediseño de ocupaciones, nuevas tareas y carreras profesionales, el tiempo y el lugar de trabajo mutaron.

Desde Deloitte y la Coalición Global de Empresas por la Educación, en su estudio “Preparando a la fuerza laboral del mañana para la Cuarta Revolución Industrial, un marco de acción para las empresas”, se señalan las siguientes vías de trabajo:

ï Alinear los objetivos y abordajes de los actores clave: las empresas deben trabajar con ecosistemas más amplios. Esto incluye encontrar oportunidades para coinversión y compartir información sobre las futuras necesidades de talento. La formación dual, la posibilidad de ampliar el ecosistema educativo al empresarial y formar experiencia antes de concluir la academia es un claro camino positivo.

ï Participar en política pública: las empresas tienen la oportunidad de ayudar a los gobiernos a preparar políticas y regulaciones que beneficien a la juventud y fortalezcan a nuestra futura fuerza laboral.

ï Desarrollar estrategias sólidas de talento: es importante revisar y adaptar las estrategias de talento actuales para labrar el éxito futuro. Es clave que las empresas entiendan las tendencias digitales, puedan imaginar, componer y activar la nueva fuerza laboral. Aquí la capacitación es clave, se deben moldear las habilidades del futuro en lugar de centrarse en la historia del pasado.

Somos protagonistas de la transición hacia un futuro automatizado, contingente y colaborativo. No es una simple modificación a la composición de la fuerza laboral y el trabajo, es un cambio profundo, que debe recurrir a estrategias igualmente disruptivas.