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DESARROLLO TURÍSTICO

El infierno de la torre se llama pánico

Temor. ¿Acaso no es el miedo a la competencia la causa de todo?, expone el autor respecto a la construcción de torres en la zona turística de Macao.

Temor. ¿Acaso no es el miedo a la competencia la causa de todo?, expone el autor respecto a la construcción de torres en la zona turística de Macao.

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Perfecto MartínezSanto Domingo

El “infierno en la Torre” no es la consecuencia del fuego cruzado entre opiniones a favor y en contra del Moon Palace en Macao. Nada tiene que ver con la falsa negación del ministro de Turismo a dialogar con Asonahores y Asoleste. El infierno de las torres es la expresión del pánico que se apodera de ciertos personajes del Este ante la sola posibilidad de que, a su feudo penetren otros competidores.

A propósito ¿Por qué solo en la Torre de Macao se ve un infierno? ¿Cómo entender que siendo Bayahibe el polo turístico del Este que más torres ostenta, precisamente registrara el mayor índice de ocupación hotelera, según la última encuesta de Asonahores? ¿A caso no es el miedo a la competencia la causa de todo?.

Trama La trama para ocultar esa irrebatible realidad, se articula en un conjunto de inventivas y medias verdades, entre las que prevalece la supuesta “poca capacidad de diálogo” y la conducta fraudulenta de un gobierno que se vale de una “resolución clandestina” para, sordo y avasallante, imponerse a los dioses del turismo en el Este.

Se miente al país al alegar que “el sector privado, representado por Asonahores y Asoleste, ha esperado pacientemente el mismo durante meses”, refiriéndose al diálogo, y que “reclaman la violación del debido proceso de ley, en cuanto a la socialización y publicidad de la norma, entre otros”. Ambas afrentas se cometen de forma alegre, aunque consciente de que el Ministerio de Turismo, desde el año 2010, llevó todo un proceso de diálogos, reuniones, vistas públicas, consultas y demás, siempre involucrando a las entidades citadas y, al mismo tiempo, siempre con el consentimiento de estas.

Si se pudiera alegar rechazo al diálogo, entonces habría que atribuírselo a los sectores que controlan y manejan a Asonahores, a cuyos directivos el ministro Francisco Javier García, convenció en su Despacho de que retiraran una solicitud de desestimación de la Resolución del 2017 que fueron a entregarle, como una forma de privilegiar el diálogo, pero que, aun aceptando, a la salida se dirigieron a los tribunales para solicitar la anulación del procedimiento al que la ley faculta al Ministerio de Turismo, como ente regulador del sector.

El recurso del diálogo fue despreciado por quienes orquestaron una inmerecida protesta contra un Danilo Medina que ha asumido compromisos puntuales con el turismo, que se trazó una meta en beneficio de este y avanza hacia ella, que ha hecho inversiones extraordinarias para consolidar el turismo del Este, pero que ahora se le acorrala y se pretende tumbarle el pulso vía los tribunales.

Entre los elementos de la trama se incluye, además, el argumento sobre “las características del modelo turístico de desarrollo del país, de baja densidad y altura, en armonía con la naturaleza”. Resulta que no hay manera de validar ese mito, en tanto en ninguno de los estudios de satisfacción que el Banco Central hace a los turistas que nos visitan, aparecen estadísticas que confirmen que los visitantes prefieren el turismo dominicano porque sus hoteles solo llegan hasta un cuarto piso. Sencillamente reto a quien se crea en posibilidad de demostrar lo contario, que solo presente pruebas.

((MANIPULACIÓN LA VISIÓN ESTRECHA QUE PREVALECE Es tan solo otro recurso de manipulación hacer referencia a que, supuestamente, funcionarios y un “interlocutor validó en MITUR” confirmaron la no existencia de un “estudio que muestre los fundamentos para la aprobación de un cambio en pisos, alturas, densidades y demás…” Sencillamente el proyecto Macao cuenta con todos los permisos y requerimientos establecidos por las leyes dominicanas y es uno de los complejos a desarrollarse en la zona que menor impacto provocará al medio ambiente.

Pero a la verdad no es posible cambiarla. Se trata de la visión estrecha que prevalece en algunos inversores turísticos del Este, que irremediablemente no acaban de entender que el mundo cambió y que los dominios a la fuerza, pasaron de moda. Y a propósito de películas, cuidadito que no se repita aquella que nos cuentan las ambiciones, precisamente en el Este, del Rey Mida.

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