¿Para qué gestionar los riesgos de mercado?

Comúnmente al hablar de riesgos de mercado se entienden las posibles pérdidas que podría tener la entidad financiera ante cambios en variables como el tipo de cambio, las tasas de interés y los precios de los activos financieros. Comprender la tendencia, la velocidad de los cambios y el valor de estas variables es central para que las entidades puedan gestionar su estrategia de negocio de la mano de una estrategia de riesgos, donde no solo se prevengan posibles pérdidas sino también que permitan generar valor. Esto es fundamental para que el planeamiento estratégico sea exitoso.

Hay partidas que no son fácilmente gestionables porque responden a la estructura financiera. Por ejemplo, aunque se tenga certeza que las tasas de interés van a comenzar una tendencia alcista, la entidad no tiene facilidad para cambiar de un momento a otro todos sus créditos de tasa fija a tasa variable con el objetivo de ganar más. Sin embargo, sí es posible hacerlo con parte del portafolio de inversiones, de manera preventiva, gradual y optimizando la selección de activos para maximizar las ganancias dados los nuevos riesgos.

Los riesgos de mercados tienden a ser relevantes en la mayoría de entidades, sean financieras o no financieras, pues la moneda en la cual se invierte o pide endeudamiento o si se hace a tasas o variables, son determinantes no solo la generación de utilidades, sino que podría tener impactos fuertes en los niveles de solvencia, obligando a las entidades a preservar más capital ante los nuevos riesgos y por lo tanto vulnerando su capacidad para asumir nuevos negocios, de manera que complica la consecución de los objetivos estratégicos, aunque internamente se crea que los procesos están funcionando bien.