Santo Domingo 25°C/26°C scattered clouds

Suscribete

PRIMER EMPLEO

Salió del campo cargada de ilusiones

“TERMINÉ LA UNIVERSIDAD Y AÚN NO CONSIGO EMPLEO”

Avatar del Listín Diario
Patria Reyes RodríguezSanto Domingo

“Decidí venir a la capital a estudiar buscando tener un mejor futuro porque en mi pueblo existen pocas oportunidades para los jóvenes desarrollarse. Me mudé a vivir con mi hermana, y con la ayuda de mi familia terminé mi carrera de contabilidad y por más puertas que he tocado aún sigo esperando conseguir un trabajo como profesional”, afirma Ángela Sánchez, una joven que salió de Oviedo a prepararse para un mejor futuro.

Con apenas 24 años, Ángela se siente defraudada porque, como muchos jóvenes que terminan su carrera universitaria, no ha logrado insertarse en su área de competencia, ya que en todas las empresas le exigen experiencia.

“Me siento impotente porque después de hacer ese sacrificio de venir del campo, enfrentar todo lo que conllevaba eso y pasar tres años y cuatro meses en la universidad estudiando todos los días, de lunes a viernes en la tarde, para al final tener que aceptar un trabajo en otra área”, expresa esta joven nativa de uno de los municipios económicamente más deprimidos de la región sur del país.

Estudió contabilidad en la O&M de Santo Domingo Este porque en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se armaban “muchos líos”. Cuenta que a dos años de haberse graduado y a pesar de mandar currículo a muchas empresas, no consigue un empleo que le permita desarrollarse como profesional.

“Mis padres estaban conscientes de la situación que se vivía en Oviedo y me apoyaron en todo para que yo estudiara en la capital. Mi papá, que es chofer de un camión volteo, me enviaba el dinero para pagar la universidad y comprar los útiles que necesitaba. Cada cuatrimestre me mandaba RD$10,000 para pagar la matrícula y RD$3,000 para las necesidades del mes. Mi hermana cubría los gastos de comida y otros gastos personales, cuenta Ángela, algo contrariada.

Indica que aunque sus padres la han apoyado en todo, se siente mal porque no ha podido obtener un empleo. “Terminar mi carrera y ser profesional no ha resultado como yo pensaba; pues creía que iba a conseguir un buen empleo e iba a tener otra condición de vida”, se lamenta Ángela, cuyo sueño es desarrollar sus habilidades contables para luego establecer su propia empresa.

Aunque República Dominicana pertenece a la Organización Mundial del Trabajo (OIT) y ha firmado convenios cuyos compromisos se enfocan en garantizar el empleo digno, no existe un mecanismo que asegure la inserción laboral de los jóvenes que terminan sus estudios universitarios o técnicos. Pero más aún, no existe un registro en ninguna entidad pública que permita establecer qué porcentaje de jóvenes logran obtener empleo luego de acabada su formación técnica o profesional.

Así como a Ángela, pero más frustrante aún, les sucede a jóvenes como Jean Carlos Santana (25 años), quien terminó su carrera y decidió especializarse haciendo una maestría. Solicitó una beca al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) y se fue a España donde se hizo Máster en Periodismo Digital.

A su regreso se enfocó en buscar trabajo con la esperanza de insertarse rápidamente, pero no le ha resultado fácil. “Aquí en nuestro país, por no mencionarte otros, el sistema se rige de muy mala manera; para poder conseguir un buen puesto de trabajo obligatoriamente debes tener un contacto que te ayude, independiente de que estés apto o no”, manifiesta Jean Carlos.

Comprende que cada empresa se enfoque en buscar lo mejor, pero considera que se debería garantizar el empleo a los jóvenes que se sacrifican por estudiar, porque si no “cuál será la motivación de las futuras generaciones para el estudio, si al final sienten que han perdido su tiempo”.

FALTAN POLÍTICAS PÚBLICAS Seguimiento. Aunque algunas universidades privadas dan seguimiento a sus egresados, no existen estadísticas oficiales que permitan establecer cuántos jóvenes se hacen profesionales cada año, en qué áreas y cuántos de estos alcanzan un empleo en su área de formación. En la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) no existe un programa que dé seguimiento a sus egresados, ni un registro que facilite información sobre éstos.

En el caso de los egresados del Programa de Becas Nacionales e Internacionales de la Mescyt, aunque si es posible obtener información sobre la cantidad que participa cada año, es poca la información que se obtiene sobre el seguimiento qué le dan a los mismos. Según sus memorias del 2017, en 2017 identificaron 1,824 becados que al 30 de diciembre deben hacer su reporte de retorno al país y da cuenta de que tramitaron 28 solicitudes de empresas e instituciones, solicitando perfiles de egresados en las áreas de negocios e ingenierías y psicología.

Aunque tienen colgado en su página web una “Bolsa de Empleo”, Listín Diario no tuvo forma de obtener datos estadísticos de los resultados de la misma.

PROMEDIO DE SUELDOS PARA JÓVENES El salario promedio más alto para trabajadores jóvenes, según los reportes del Ministerio de Trabajo, se visualiza en edades comprendidas entre los 25 y 29 años. Los hombres obtienen un sueldo promedio de RD$16,961.04 y las mujeres RD$15,610.88.

Los datos del organismo estatal muestran un panorama algo preocupante, ya que el salario promedio de los jóvenes entre 20-24 años, reportados en el periodo del 2014 al 2018 fue de RD$13,568.25 para los hombres y RD$ 12,438.59 para las mujeres, lo que lleva a la pregunta ¿Son estos los sueldos que alcanzan los jóvenes cuando logran terminar sus estudios? Y si es así, ¿Vale la pena dedicar tiempo, dinero y sacrificios en estudiar para que sea esto lo que le ofrezca el mercado de trabajo?

Tags relacionados