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Región debe prepararse para empleos del futuro

Las nuevas tecnologías impactan en las industrias, en los países y los individuos.

Prácticamente nadie puede escapar de este torbellino de cambios constantes y cada vez más rápidos que sin dudas transforman el mercado de trabajo.

En el libro “Aprender mejor. Políticas públicas para el desarrollo de habilidades”, publicado este año por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se analiza esta realidad y su impacto en América Latina y el Caribe.

La publicación establece que aunque el cambio tecnológico en la región quizás sea más lento, es inevitable y esto obliga a los latinoamericanos a prepararse para los trabajos del futuro.

“La denominada Cuarta Revolución Industrial cambiará nuestra manera de vivir y transformará nuestra manera de trabajar. Preparar a esta generación de trabajadores y a las del futuro para un mundo rápidamente cambiante no es solo deseable sino también indispensable”, escribió el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, en el prólogo del libro.

Moreno refiere que la inteligencia artificial, la automatización, el Internet de las cosas, los vehículos autónomos ya no son ciencia ficción, son reales y están disponibles en muchos países del mundo y han comenzado a penetrar en los países de la región.

Estas nuevas tendencias están cambiando los empleos y la forma de trabajar.

Es evidente que habrá una transformación profunda en cómo las empresas hacen sus negocios y los trabajadores su trabajo, anticipa Moreno.

El aprendizaje constante es clave “Uno de los retos primordiales es cómo preparar a los trabajadores de hoy para los empleos de mañana. Pero queda mucho por hacer, empezando por ayudar a los numerosos trabajadores de la fuerza laboral actual a encontrar buenos empleos y a seguir actualizando sus habilidades lo más tempranamente posible”, advierte el presidente del BID.

Moreno considera que la clave para superar ese desafío es mejorar y mantener un aprendizaje constante, que debe producirse no sólo en la escuela, sino también en el hogar y en el lugar de trabajo. Los Gobiernos y el sector privado también deben comprometerse a formar parte del esfuerzo para invertir en las habilidades adecuadas.

Las habilidades generales, que mejoran la productividad de las personas, se clasifican en socioemocionales, cognitivas y académicas, explica el libro.

En sentido general estas habilidades en la mayoría de los países de la región, entre ellos República Dominicana, son bajas y se distribuyen de forma desigual entre los hogares de bajos y altos ingresos, establece el libro.

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