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Recomendaciones para empresas con visión de liderazgo

Método. Gabriel Ruda es presidente de P.A.S.O.S. (Pensamientos, Acciones y Sentimientos, Organizados hacia Soluciones), un método con el que forman líderes de empresas, conferencistas, facilitadores y coaches para que sus mensajes sean recordados y logren persuadir cambios de comportamiento.

Método. Gabriel Ruda es presidente de P.A.S.O.S. (Pensamientos, Acciones y Sentimientos, Organizados hacia Soluciones), un método con el que forman líderes de empresas, conferencistas, facilitadores y coaches para que sus mensajes sean recordados y logren persuadir cambios de comportamiento.

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Carolis Mella RamírezSanto Domingo

El liderazgo no es un tema nuevo. Desde tiempos antiguos se está hablando de él y de su importancia para las organizaciones y empresas, sin embargo, ser un líder impulsador es un valor agregado para un mejor ambiente laboral ya que éste actúa como referente de cambio.

El investigador venezolano, especializado en áreas de competitividad personal, Gabriel Ruda, define el liderazgo impulsador como aquel que no busca demostrar poder, ni autoridad, sino que logra que la gente vea en la relación con el líder una posibilidad de explotar su máximo potencial y lograr algo “conjunto” de lo cual sentirse orgulloso.

En una entrevista para LISTÍN DIARIO, Ruda señaló que la retención de talentos, disminución de costos de salarios y compromiso en la labor, son algunos de los beneficios que este tipo de liderazgo puede aportar a las organizaciones.

Explicó que cuando un directivo actúa como un líder impulsador para sus colaboradores logra que la gente permanezca en su labor porque siente que la empresa compensa aspectos valiosos que necesita para levantarse a trabajar.

Viene a un congreso El experto, quien será uno de los conferencistas del congreso empresarial internacional de liderazgo, “Leader-ship Congress (ILCO-2017)”, a realizarse del 7 al 9 de septiembre de este año, en República Dominicana. Al referirse a la disminución de costos de salarios, manifestó que los líderes impulsadores construyen diálogos sobre los que se puede aprender, crecer y mejorar y entienden que es prioridad lograr conexión emocional con los equipos para un máximo compromiso. Explicó que cuando la gente siente que le son compensadas sus necesidades de reconocimiento, crecimiento, aprendizaje y participación en algo que le enorgullece, valora otros aspectos dentro de las organizaciones, que son adicionales al salario que reciben.

Otro de los beneficios de un líder impulsador dentro de una empresa es el compromiso con la labor. Al respecto, Ruda refirió que las personas muchas veces están comprometidas con su líder más que con la empresa misma. “Aún bajo condiciones laborales que pueden favorecer ausentismo o retardos el empleado siente que no debe “quedar mal” a ese líder con el que se siente comprometido”, aseguró.

Sostuvo que la importancia de este tipo de liderazgo radica en que en el líder es donde reside la comunicación que puede inspirar esa “conciencia” de que somos importantes y que cada actividad cuenta.

“Se puede pagar el tiempo de la gente en la empresa, incluso la realización de algunas actividades. Pero no hay dinero en el mundo que pueda lograr el compromiso de la gente, para explotar al máximo sus talentos, ideas y ganas de hacer que los resultados sucedan”, enfatizó el experto.

Añadió que dentro de un ambiente laboral siempre será necesario que los empleados se queden un tiempo extra donde tenga que hacer algo no documentado en su cargo, que aporte un conocimiento para otro compañero, por ello concluye que si no hay un liderazgo que impulse esa actitud, puede que la gente no dé ese agregado que se requiere.

De gestor de tareas a líder productivo

Uno de los objetivos que busca Ruda en la conferencia “liderazgo impulsador” que dictará en el ILCO-2017, es lograr que un colaborador pase de ser un gestor de tareas a ser un líder productivo, para ello, afirmó que lo primordial que la persona debe hacer es cuestionar su propio trabajo, esto es las prácticas históricas de la organización o la forma de vincularse con otras áreas y preguntarse si es la forma más productiva y beneficiosa para aprovechar el tiempo y los recursos que existen.

“Si el líder no se cuestiona a sí mismo, sólo delega actividades y si encima no escucha los posibles cuestionamientos que su gente puede hacer a la labor del área, entonces no podrá obtener el máximo beneficio de cada esfuerzo que se haga”, manifestó.

El experto indicó además que pretende buscar que el líder se dé cuenta de sus barreras emocionales que no le permiten cambiar ni le dejan confiar en las personas con el fin de vincularse de manera efectiva con su equipo de trabajo.

Mencionó que existen dos tipos de transformación para sacarle el máximo provecho al empleado: uno de consciencia, que la define como “la capacidad de ´darme cuenta´ de lo que estoy haciendo y el impacto que esto tiene para mis resultados presentes”, y otro de expansión, que a su juicio es la capacidad de proyectarse al futuro y mirar cómo lo que se aprende y se logra en el presente, puede llevar a la versión en la que se quiere convertir la persona.

“Muchas veces el personal no está consciente de esto y sólo piensa en función de tareas que hace. La labor del líder es llevarlos a darse cuenta “de las transformaciones” que necesitan para poder ser mejores en el presente y proyectar el crecimiento que les interesa tener en el futuro”, refirió Ruda.

Claves

Ruda señaló tres claves para ser un líder impulsador, que son: Aprender a conocer a su equipo, a no desmotivar y educarse sobre cómo “pelear” el bienestar de su gente.

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