FORMACIÓN
Financiemos la educación técnica
Conocemos de los buenos programas de financiamiento a la educación superior en nuestras universidades, los llamados créditos educativos, pero no tenemos formalmente un programa que financie la educación técnica y vocacional, o la desconozco. Educación tan necesaria hoy.
Hoy debemos pensar seriamente en establecer programas que auspicien la formación de nuestra juventud y jóvenes adultos en oficios y carreras que les permitan obtener en el futuro un empleo digno y acorde a su formación para la vida.
Son decenas de oficios en las diferentes profesiones o acciones de vida, que si nuestra juventud se forma bien podrá enfrentar el reto de crecer en muchos aspectos de la vida, desde adquirir conocimientos que solo se les van cuando mueren o que les permiten generar riquezas mediante el empleo digno y la oportunidad de tener su propia empresa cuando sean emprendedores bien formados.
Una buena educación técnica y/o vocacional se puede lograr en varios meses de formación y en algunos casos mediante el escalonamiento en su formación superior, por ejemplo: una formación para maestro constructor puede ser por etapas, digamos con entrenamiento en ciclos de albañilería-carpintería-plomería-electricidad y por igual podría suceder con operador-mecánico de tractores agrícolas, así como de otras áreas del conocimiento o demanda de la agroindustria, industria, comercio, entre la diversidad de demanda que tenemos en nuestra sociedad.
Los países desarrollados tienen en sus objetivos y metas la formación de su capital humano en una pirámide educativa que incluye la educación técnica como un sector muy importante.
En el país tenemos muchas academias que forman en ciertas áreas técnicas como idiomas, reparación de computadoras, digitación, enfermería, culinaria, entre otras, pero la metodología de disponer recursos económicos para financiar estas y otras carreras técnicas o de oficios, con una formación a profundidad no es muy común y las necesitamos. No tenemos un programa de financiamiento real, si no la autofinanciación que siempre es escasa, lo que obliga el ir a un centro educativo barato por un papel a colgar o presentar para un empleo.
Si alguien es bien formado por academias serias, digamos realmente serias, no negocios, en oficios como ser buenos maestros constructores, maestro albañil, maestro carpintero, entre otras áreas de la construcción y por igual un buen inseminador, auxiliar de veterinaria, operador y reparador de tractores, operador y reparador de sistemas de riego o de ordeño mecánico, entre tantos y diversos oficios agropecuarios, otro gallo cantaría en el país.
Un buen técnico por ejemplo entrenado en el oficio de ser mecánico de tractores que dure seis meses para una buena formación técnica puede costar unos RD$60,000.00 a RD$75,000.00, inmersos recibiendo la educación real, las tres comidas y dormitorio. Esta educación no es cara, la educación técnica cuesta si es buena, pero la más cara es la mala. Si fuesen tres meses y costase RD$30,000.00 o RD$40,000.00, esas inversiones las pueden pagar en diez o veinte veces el tiempo que duraron comiendo, durmiendo y educándose, en una buena academia técnica o una buena universidad. Esta se puede financiar por varios años y a menos de mil pesos por mes. En China comunista se financia la educación técnica.
La educación en oficios sean los vocacionales o técnicos, merece el apoyo de todos y tiene muchas aristas para frenar males que hoy nos están afectando, pero también para generar una nueva casta ciudadana de empresarios responsables y emprendedores, pues el conocimiento inspira a nuevas acciones positivas.
El autor es experto agrícola.