PRISMA ECONÓMICO

Encrucijada fiscal en EEUU

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Frank Fuentes BritoSanto Domingo

El pasado 16 de mayo el gobierno de EEUU anunció haber alcanzando el límite superior de endeudamiento establecido por el Congreso, que actualmente asciende a US$14.3 trillones (millones de millones de dólares), en el contexto de una recuperación económica frágil y una vehemente oposición política. Tanto el FMI como el mercado financiero han mostrado preocupación con respecto a la sostenibilidad fiscal en EEUU. De hecho, en abril la agencia calificadora Standard & Poor’s rebajó de Estable a Negativa la perspectiva de esta economía, debido a su elevado endeudamiento. La deuda en EEUU se ha incrementado sostenidamente en la última década por una combinación de recortes impositivos en la administración Bush (2001-2009) que redujeron los ingresos fiscales y un significativo aumento del gasto por las guerras en Afganistán e Irak y el plan de rescate del sistema financiero 2008-2010. La deuda estadounidense incluye US$9.7 trillones en títulos en poder del público y el restante US$4.6 trillones en poder de agencias federales que manejan fondos especializados. Según el FMI, la deuda de EEUU representó el 124% del PIB en 2010. Esto se combina un déficit fiscal de 10.8% para 2011, el mayor entre las economías desarrolladas. Muchos economistas entienden que los indicadores tradicionales de alerta en materia de endeudamiento no aplican a la principal economía del mundo. Sin embargo, una deuda insostenible es perjudicial en cualquier idioma. Recientemente el presidente Obama esbozó un plan de 12 años para enfrentar el problema y reducir los futuros déficit en US$4 trillones, a través de un ajuste del gasto público, recortes en el presupuesto de defensa, reducción de gastos de salud y una reforma fiscal. La negativa del Congreso de elevar nuevamente el nivel de endeudamiento, llevó a Timothy Geithner, secretario del Tesoro, a anunciar la suspensión temporal de emisión de deuda para dos programas federales. Estas medidas dejarán un margen de US$224 billones que permitirán al Estado seguir emitiendo títulos hasta el 2 de agosto, sin aumentar su endeudamiento neto. Más allá de esta fecha, el gobierno estadounidense no podrá financiar sus actividades si no se eleva el techo de la deuda. Este límite establecido a la deuda pública en EEUU, es el tope de endeudamiento que el Gobierno Federal puede obtener sin recibir autorización previa del Congreso. La imposición de este techo fue establecida por Ley en 1917 y su nivel se ha casi triplicado en la última década pasando de US$5.95 trillones en 2000 a US$14.3 trillones en 2010. La posibilidad de que efectivamente el Congreso no apruebe un incremento del límite de endeudamiento no es nueva. En cinco ocasiones (1981, 1984, 1990, 1995 y 1996) los legisladores han rechazado esta petición del Ejecutivo, provocando una crisis de financiamiento que ha obligado al gobierno federal a suspender temporalmente sus pagos, manteniendo solo ser|vicios esenciales (policía, bomberos, correo, fuerzas armadas, etc.). En cada uno de estos episodios, los efectos sobre el flujo de fondos para Medicare, Medicaid, seguridad social y otros programas públicos se han seriamente visto afectados. Sin embargo, nunca la situación fiscal había sido tan delicada como la actual y el contexto internacional, no solo económico sino también político, había sido tan complejo. Esperemos que en EEUU la sensatez y la cordura se impongan a la retaliación política. Twitter: @frank_fuentes

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