LA ESCUELA ECONÓMICA
La prosperidad se siente sólo entre los que están en buenas
Los ciudadanos viven en comunidad y se relacionan cada día con diversas personas, pero en un número limitado. Póngase a pensar y verá que posiblemente cada día, en promedio, usted se relaciona con alrededor de 100 personas, que varían un poco, pero casi siempre es la misma gente.
Si usted es ejecutivo bancario, tiene reuniones con parte del personal de la entidad financiera, conoce a algunos ejecutivos de las instituciones relacionadas como Banco Central, Superintendencia de Bancos y otras. Además, tiene un grupo limitado de amigos, también ejecutivos de otras áreas o empresas, con los que comparte regularmente. Su familia (esposa e hijos) y usted viven en una zona residencial en donde casi todos los vecinos tienen un nivel similar.
Lo mismo ocurre si usted es ejecutivo medio de alguna institución del Gobierno. En ambos casos, sector público y privado, es probable que tenga vehículo asignado, o al menos asignación de combustible, gastos de mantenimiento, teléfono celular con 500 minutos o más libres cada mes, además de un salario aceptable.
En ese ambiente, usted visita un restaurante de su nivel de vida y ve que hay mucha gente en el establecimiento, así como en el bar y en la plaza comercial a la que asistió para comprar algunos artículos del hogar. Cuando fue al supermercado, en días de cobro (15, 25, 30) tuvo que hacer fila en la caja para pagar, porque todas estaban llenas de gente.
Entonces, usted pensará: “La verdad es que la economía está creciendo, mira cuánta gente consumiendo en las tiendas, supermercados, discotecas, restaurantes”.
Sin embargo, posiblemente no está tomando en cuenta que ese es el ambiente que se vive en su entorno de clase social (media o media alta), pero no en el resto del país.
Es posible que si usted decidiera separarse un poco de las 100 a 150 personas de las que se rodea diario y observa un poco el modo de vida en otros estratos de la sociedad, se dé cuenta de que no es en todos los sectores que se producen movimientos económicos tan activos.
Es bueno recordad el caso de la presentación del informe sobre desarrollo humano del PNUD hace varias semanas, en donde se hicieron exposiciones sobre el nivel de desempleo, la alta informalidad en la economía y otras limitaciones sociales.
A eso se agregó la intervención del ministro de Economía, Temístocles Montás, quien afirmaba que entre las limitaciones se ha avanzado bastante y se nota una mejoría.
Más adelante intervino una conocida periodista para expresar que aparentemente en República Dominicana hay dos países, uno de pobreza, de mujeres que hacen fila para ver si consiguen una tarjeta Solidaridad con un aporte de menos de RD$1,000 mensuales, y otro de funcionarios con niveles de ingresos más que favorables, entre otras facilidades. La amiga periodista agregó: “A mí me gustaría vivir en el país del ministro de Economía, porque el otro país, el que yo he visto en la zona rural y empobrecida, no es nada bueno para vivir”.
Cuando la gente se rodea de personas con niveles de vida similares al que se tiene le surge la percepción, casi siempre errada, de que todo el resto del país está igual, y no es así, por eso son tan importantes los levantamientos estadísticos, estudios sociales y recorridos de parte de hacedores de políticas económicas, para que vean con sus ojos lo que está pasando en el resto del país, no sólo en su limitado y próspero entorno.