RESPONSABILIDAD
Son pocas las empresas que asumen compromiso social
LOS EMPRESARIOS DOMINICANOS SE QUEDAN CORTOS EN ESTA MATERIA
SANTO DOMINGO.- La finalidad de toda empresa es generar utilidades, satisfacer clientes y con ello obtener ganancias. No obstante, desde hace unos años otra actividad forma parte del programa de planificación de los grandes emporios: la responsabilidad social corporativa. Considerada como un plan empresarial para contribuir con el desarrollo de la comunidad, para muchos no es más que un renacer de las relaciones públicas. “Es cuando la empresa comprende que debe retornar parte de lo que recibe gracias a los consumidores”, señala Vicky Malla, vicepresidenta de Responsabilidad Social de Centro Cuesta Nacional. El compromiso corporativo es la aplicación permanente de programas de ayuda social, realizado voluntariamente por las empresas. Abarca diversas áreas como salud, medio ambiente, educación y bienestar comunitario. Muchos organismos internacionales exigen compromisos de responsabilidad social corporativa para conder créditos a empresas y hasta los tratados de libre comercio contienen cláusulas relativas a este tema. De acuerdo con la directora de Comunicaciones y Responsabilidad Social del Grupo Ramos, Berenice Méndez, esta nueva visión de política corporativa surge porque los clientes están cada vez más enterados del impacto que las compañías tienen en su entorno y son más exigentes. “Por un lado está la conciencia del consumidor, y por el otro las empresas se dan cuenta de que si no apoyan a su comunidad no pueden ser sostenibles”, considera. CaracterísticasEl empresario dominicano promedio entiende que generando empleos, pagando impuestos y ofertando calidad está cumpliendo con su cuota de responsabilidad social. Es una concepción errónea porque “consiste en hacer más que el cumplimiento de la ley”, dice Méndez. La economista y consultora en temas de desarrollo Mirtha Olivares observa que el compromiso social empresarial se confunde con hacer donaciones y actividades benéficas. “Es un modo de actuar, un plan de inversiones estratégicas y un pacto perdurable”, aclara. En tanto, el presidente del Consejo Nacional de Unidad Sindical, Rafael (Pepe) Abreu, percibe la diferencia entre responsabilidad y caridad: “Las empresas comprometidas son las que tienen un concepto claro de distribución de riquezas”. En lo que todos los entrevistados concuerdan es que los proyectos corporativos de desarrollo no deben dirigirse sólo al exterior, sino también a sus propios empleados. “Tiene que haber preocupación por los trabajadores, darles trato justo, oportunidad de crecimiento, planes de vivienda, etcétera”, expresa la ejecutiva de Grupo Ramos. Pocas Empresas están en eso Mirtha Olivares, quien actualmente realiza una investigación sobre responsabilidad social corporativa, cree que en República Dominicana aún no se tiene un concepto claro de esta filosofía y muchas empresas hacen actividades benéficas puntuales, pero muy pocas poseen programas estructurados. Considera que el compromiso social sólo lo practican unas pocas grandes corporaciones, y que todavía no ha llegado a las pequeñas y medianas, que son la mayoría. Dice que en materia de compromiso social, los empresarios locales están rezagados en comparación con otros países de Latinoamérica y el resto del mundo. Una regulación global ISO 26000 es el nombre que designa la futura norma internacional de regulación de la responsabilidad social corporativa. La redacta la Organización Internacional para la Estandarización (ISO), organismo que promueve el desarrollo de normativas internacionales de fabricación, comercio y comunicación industrial. En su elaboración participan 54 países y 33 organizaciones. Entre los colaboradores se encuentran el sector industrial, gubernamental, trabajador, consumidor, ONG y otros. Como se explica en su página de Internet, esta normativa estandarizará el ejercicio de la responsabilidad social empresarial a escala mundial. La misma será voluntaria pues el ISO no tiene autoridad para imponer sus propuestas a ningún país. La ISO 26000 será aplicable tanto para el sector público como privado, en países desarrollados o en vías de desarrollo. Su elaboración se inició en el 2004 y concluirá a finales de este año. BENEFICIOS DIRECTOSEl experto en relaciones públicas Luis Rojas dice que ser sensible a las necesidades de la comunidad es rentable para toda empresa, pues crea popularidad, reconocimiento e impacto en la venta.“Muchas organizaciones, cuando tienen una mala reputación, acuden a proyectos sociales para ‘enfriar’ su imagen pública”, expresa. En este caso, la responsabilidad corporativa se vuelve una estrategia de marketing que convierte al relacionista en un mediador entre el negocio y los problemas de la comunidad.“Hoy más que nunca las empresas deben ser responsables porque hay muchos ojos puestos sobre ellas”, estima el comunicador. Los proyectos de apoyo social también pueden traducirse en beneficio para la empresa en la medida en que obtiene buenos profesionales, pues a la gente le gusta trabajar en corporaciones socialmente responsables.