Los beneficios de RD con el acuerdo Petrocaribe podrían ser más transparentes

Después de las elecciones del 14 de abril en Venezuela, los dominicanos esperamos no solo que se mantengan las relaciones comerciales, económicas, deportivas y culturales entre ambos países sino también que mejore el acuerdo de Petrocaribe, y la sociedad de la empresa pública Petróleo de Venezuela, S.A. (PDVSA) y la Refinería.

La empresa PDVSA como socio de la Refinería y apoderada del acuerdo de Petrocaribe debe aplicar la misma política de ayuda social que hace en Venezuela en beneficio de los pobres y contribuir a hacer más transparente dicho acuerdo.

No es justo que el precio de los combustibles que se distribuyen en la República Dominicana (RD) sea el más caro del mundo incluso, más caro que países con el mismo nivel de desarrollo y hasta con el mismo programa de Petrocaribe.

Este manejo inadecuado del petróleo y sus derivados y también del acuerdo ha causado mucho dolor de cabezas en amplios sectores de la población porque ha generado sucesivos aumentos de los precios de la gasolina y en consecuencia han aumentado los precios de la canasta familiar.

Venezuela se está haciendo cómplice de la violación de la ley de hidrocarburo con la RD para perjudicar a los más desposeídos, algo que está desnaturalizando los propósitos de la revolución bolivariana.

Bien podría PDVSA y la Refinería con los beneficios del petróleo evitar que estos recursos se utilicen para pagar la deuda eterna y en su lugar se formen mercados populares y programas de viviendas a bajos precios para la gente.

También fortalecer los acuerdos de salud con Venezuela con un amplio programa médico para quienes no tienen acceso a atenciones médicas preventivas en los campos lejanos de la República Dominicana.

Igualmente, propiciar programas de pensiones y seguridad médica contributiva a favor de personas de la tercera edad y de los minusválidos.

Hasta el día de hoy, ni nos estamos beneficiando con el acuerdo de Petrocaribe ni con la venta del 49% de las acciones de la refinería. Venezuela se queda con una parte y los empresarios y políticos con otra.