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Poesía

Alix, ¿numismático?

¿A quién no le gusta escuchar el inconfundible resonar en sus bolsillos de cardúmenes de cobre, bronce o plata?

El maestro Juan Antonio Alix no fue la excepción. Pero a diferencia de los dominicanos vinculados a negocios, profesionales, políticos o algún que otro trabajo remunerado, él se las ingeniaba con sus décimas impresas para buscar las monedas destinadas al sustento diario.

Tampoco era un numismático. Las monedas que conseguía vendiendo sus décimas, buscando anuncios para imprimirlas, o escribiendo dedicatorias en procura de generosa retribución, no eran destinadas al coleccionismo. Poco sabía el poeta de valores y catálogos.

Lo que es muy cierto fue escribió décimas destinadas a resaltar la aparición de la moneda nacional, en este caso, el peso plata dominicano, a partir de 1897 en sustitución del franco dominicano de plata de procedencia mexicana.

Cuando el franco mexicano dejó de circular, otras monedas de plata netamente nacionales hicieron presencia en el mercado. Estas denominaciones de 10 y 20 centavos, ½ y 1 peso no estaban conformadas de plata pura, sino de una aleación de metales en el cual el porcentaje de plata era predominante.

Los diseños de estas monedas fueron muy similares a los francos de procedencia mexicana y tenían en su adverso el escudo nacional, y por delante un aborigen taíno.

La colección de espinelas del maestro Alix que celebraban la aparición del peso dominicano fue publicada en hoja suelta el 27 de octubre de 1897 y comercializada en la ciudad Santiago. Están escritas en el llamado lenguaje cibaeño y contienen toda la jerigonza ortográfica y la chercha del criollo que mantenía un entrañable amor a su patria, a sus valores y a su identidad nacional.

Lo que el maestro Alix no pudo advertir, con el paso del tiempo, fue que a este peso dominicano (emitido en Francia bajo el gobierno de Lilís) se le llamó “el clavao” porque el dictador se las ingenió para que el mismo no fuera de pura plata.

Y aunque Alix no fue numismático, quedan estas décimas como referencia a los coleccionistas de hoy, no solo celebrando un acontecimiento trascendente, sino como información del tipo de moneda que circulaba en el país antes y después de 1897.

Manifestación de la moneda mejicana

(Al pueblo dominicano)

Señores, ya voy de ruta para otra tierra lejana, queda hoy con la batuta la plata dominicana

Hoy me quejo con razón de algunos que me trajeron, y conmigo consiguieron una bella posición.

Ayer en esta nación era la dueña absoluta, pero si ha de haber disputa y más geringa por mí, como yo no soy de aquí… señores, ya voy de ruta.

El Comercio, que me trajo y me dio por alto precio, hoy me trata con desprecio y me mira cabizbajo.

Si me coje, es con rebajo, rabiando y de mala gana; y como soy mejicana tan despreciada me miro, que por eso me retiro para otra tierra lejana.

Una ñapita, pa que no se queje mi buen lector

Que bueiban con su basura de plata de por allá!.... que ahora tenemo acá una monea muy sigura.

Ella no para, sí muy pura

¡Pobres pesos mejicanos! Después que hicieron milagros, convirtiendo pollos magros, en muy gordos y muy sanos, esas almas de gitanos, los tratan con mano bruta, y ya, como van de ruta… en santa paz y muy sana, la moneda ciudadana queda hoy con la batuta.

Todos esos que importaron pesetas agujereadas, desteñidas y rayadas que de otras tierras votaron.

Después q. al país le echaron la más solemne canana con esa moneda insana, ahora le hacen el fó… pero eso, ya lo acabó la plata dominicana.

Pero e dominicana!

Y como ella e suidadana aquí siempre debe etai, sin que se la puean llebai para otra tierra lejana.

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