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VIVENCIAS ¿QUÉ LEER?

Pensar las formas

Cuando hablamos de Plinio Chahín, desde el punto de la escritura, no sabemos si definirlo como poeta, crítico o ensayista, pues en los tres ámbitos de la escritura ha realizado aportes importantes. En esta ocasión entraremos en contacto con su faceta de crítico y ensayista, a propósito de su más reciente publicación, “Pensar las formas”, un libro de ensayos que recoge las reflexiones sobre libros, autores y temas literarios que ha publicado en diferentes medios durante los últimos diez años.

El libro inicia con su conceptualización de la crítica literaria dominicana, definiéndola como un territorio hostíl, lleno de malquerencias y, sobre todo, carente de fundamentos epistemológicos. Continúa con una descripción, propia y de autores invitados de las vanguardias, como búsqueda de novedad constante que en su acelerado afán por anticiparse a nuevas percepciones, termina por reencontrarse con los inicios.

La segunda parte del libro comienza con un análisis de la poesía de José Mármol, la cual considera como la más intensa de su generación, llena de “imágenes directas y a menudo muy bellas”. Para Plinio, Mármol es el poeta del lenguaje como contenedor de música que es idea y es tiempo a la vez. Sigue con Soledad Álvarez, de la que dice: “es poseedora de una aguda sensibilidad para captar el discurrir del tiempo, así como para fabricar ausencias”. Alexis Gómez Rosa es el otro poeta que analiza, al que define como uno de los “referentes más nítidos de la poesía contemporánea dominicana”. Sigue con otros siete poetas: Enriquillo Sánchez, Basilio Belliard, Martha Rivera, Dionisio de Jesús, Adrián Javier, Tomás Hernández Franco y José Rafael Lantigua. Al primero lo aborda como un representante de la poesía de posguerra que, en ese contexto, plantea una poesía de viaje a través del ser. Del segundo, comenta sus poemas eróticos, de los cuales afirma: “la rehabilitación de lo erótico, para Basilio Belliard, trae implícita una rehabilitación del deseo amoroso”. A Martha Rivera la asume como una poeta audaz; a Dionisio de Jesús, como el mago que trueca sentimientos propios por poesía. A Adrián Javier lo aborda como el escultor de los sentidos. A Tomás Hernández Franco lo considera un poeta al que hay que releer para descubrir la complejidad y singularidad de su arte. Finalmente, a José Rafael Lantigua lo define como el poeta de la mirada del espíritu.

La tercera parte del libro la dedica al estudio de autores emblemáticos de la tradición literaria hispanoamericana y de la crítica. Va desde Roland Barthes hasta Julio Cortázar, que es de los pocos narradores que se estudian en este libro. En la cuarta parte, se concentra en comentar acontecimientos importantes de la plástica y la arquitectura dominicana. La quinta está constituida por dos ensayos sobre identidad, mientras que dedica la sexta al arte contemporáneo.

Pensar las formas es un libro de ensayos orquestados a partir del deleite estético que provoca la obra de arte, conjugado con las perspectivas teóricas que avalan la percepción como instrumento para definir el universo espiritual. En ellos se deja traslucir dos aspectos esenciales de un crítico: la formación teórica y la sensibilidad artística.

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