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ersonaje “josé la Iguana” Ronda los Barrios

Frente a frente al actor mexicano Damián Alcázar se pulveriza la idea preconcebida que dice “la fama llega a la cabeza”. Cuando se escuchan sus criterios sobre el cine, la sociedad latinoamericana y sus vivencias en un país distinto al propio, se descubre que a pesar de su éxito y popularidad en él se encuentra a un ser humano franco, sincero e identificado con los intereses y el destino de la región donde vive.

Es la segunda vez que esta importante figura se encuentra en suelo dominicano. Su primera visita al país fue como invitado a un festival de cine. Ahora lo hace como parte del elenco de la película “Mosh”, dirigida por Juan Antonio Bisonó, actualmente en proceso de realización por la casa productora “Gluck audiovisual”.

Este film mezcla catolicismo y santería.

Relata la historia de unos jóvenes con ansias de salir de un mundo caótico y hostil, donde la supervivencia se vuelve fundamental.

Damián interpreta a “José la Iguana”, un personaje que tiene su imperio en los barrios donde se mueven las drogas y la subeconomía.

Un guion motivador La presencia de este famoso actor en un proyecto nacional es un lujo para el cine dominicano. Alcázar dice que el motivo de su presencia en el país es porque el guión del filme lo atrapó: “La historia que me ofrecieron me pareció formidable, sin embargo, estoy aquí gracias a mi amigo Hildebrando Hidalgo, quien le habló de mí a los productores. Cuando leí el guión dije sí, definitivamente tengo que hacer ese personaje aunque sea una participación pequeña”.

Alcázar reconoce que el hecho de estar rodeado de un equipo joven, en el que los fotógrafos, los técnicos, los maquillistas y asesores reinan, lo ha motivado mucho.

“Ellos realizan un trabajo como si tuvieran una amplia experiencia en el cine; es toda una generación que está logrando hacer de Santo Domingo y República Dominicana un centro muy atractivo para hacer cine. Tienen buenas locaciones y la posibilidad de filmación para cualquier historia y género”, comentó.

Entiende que estos jóvenes son de primera, que están llenos de entusiasmo y tienen una gran disciplina.

Al conocerlos y verlos en el estudio de filmación, se dijo a sí mismo: “Son tan jovencitos y están haciendo cosas buenísimas”.

Le emociona esa pasión que ejerce el cine en todos sus trabajadores que, sin importar el papel que desempeñen, todo el que se dedica a este mundo llega a enamorarse de tal manera que difícilmente lo deja.

Para él, hacer una película es una fiesta; con los productores dominicanos no ha sido la excepción.

Talento dominicano Que las pantallas del cine dominicano presenten un actor de tan alta calidad como Alcázar da a entender que la visión cinematográfica nacional se está proyectando con miras internacionales.

“Si esta película se ve donde sea, se va a descubrir el talento dominicano, que realmente es una cosa muy portentosa y compleja, totalmente fuera de lo cotidiano y lo visual en el cine; es una propuesta muy joven pero muy potente. Y pienso que si no es exitosa, porque el éxito es relativo, es extraordinaria, pues tiene una visión muy completa, creativa, inteligente, sensible, y eso todo el mundo lo va a poder ver en esta película”, así lo expresó el actor mexicano.

No necesariamente por su participación, sino por el trabajo que ha visto, considera que este es un paso más para el séptimo arte nacional.

Un baño de pueblo El interés por conocer nuestra sociedad y sus habitantes es un arraigo entusiasta que yace en su personalidad.

Considera que no puede quedarse cómodo en su hotel sin saber lo que hay del otro lado.

Por esta razón aprovechó su segunda visita al país para darse un “baño a pueblo”. Sin saber el rumbo del trayecto se montó en un carro público que iba hacia La Duarte, ahí caminó entre las tiendas de un lado a otro, observando a las personas y al ambiente.

“Me bajé en la pulga, caminé solo, porque mi personaje en esta película tiene que ver lugares como estos, por lo que debo conocerlos”, expresó el actor.

Escucharlo hablar de La Ciénega es pensar que este se trata de una utópica ciudad. Para él, todo lo que allí sucede y crece es hermoso. A pesar de que su equipo de trabajo le advirtió que no podía estar en este barrio, él se arriesgó a visitarlo sin compañía, y de esa forma comenzó a familiarizarse con su gente.

Se considera muy afortunado al tener la posibilidad de entender y conocer “ese otro Santo Domingo”, donde según él “la gente de clase alta ni se asoma, piensa o imagina que existe”. Con una gran sonrisa dice que este barrio le encantó.

Quedarse a disfrutar el lujoso hotel donde lo hospedaron al parecer nunca fue su plan, pues además de estas visitas, tuvo la necesidad de conocer un poco las calles de esta ciudad que para su lamentable impresión estaban repletas de basura.

“Me dejó sorprendido que en Santo Domingo no existe quien se haga responsable de recoger tanta basura.

Otra cosa que me sorprendió fueron los tapones, es increíble que en una ciudad tan pequeña se esté llenando de coches, lo cual no entiendo y creo que en estos 15 días que me faltan por estar aquí tampoco entenderé”, explicó Alcázar.

Asume que todo esto se debe a una gran competencia por ver quién tiene el mejor vehículo, el más moderno, “en todos los lugares que he caminado, he visto cómo los coches inundan nuestro mundo y están acabando con él”, concluye.

Al finalizar se mostró interesado en visitar Baní para degustar los mangos que allí se producen.

NOVEDAD. El rostro de Damián Alcázar aparece en grandes producciones de cine como “La ley de Herodes”, “Las crónicas de Narnia”, “Infierno”, “La dictadura perfecta”, “Satanás” y otras tantas, presentadas y premiadas en importantes festivales internacionales. Que un actor de su calidad integre el elenco de una película dominicana es un honor y un privilegio para el desarrollo del séptimo arte nacional.

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