Primeras películas sobre el Che

La primera vez que el Che Guevara (1928-1967) apareció como protagonista de una película fue después de su muerte. Antes, el guerrillero de origen argentino era eso, motivo de aparición en tomas documentales proyectadas en espacios televisivos o dentro de noticiarios de cine.

En 1967, el afamado cineasta cubano Santiago Álvarez (1919-1998) estrenó el largometraje documental “Hasta la victoria siempre”, a partir de la cual se produjeron muchas realizaciones sobre la vida y la obra del controversial personaje cuyo emblemático ejemplo, fue acompañado de estampas, fotos, calcomanías y otros souvenirs que contribuyeron a su popularización entre las más variadas capas de la población mundial, muchas de ellas, sin conocer el verdadero trasfondo de su historia.

“Hasta la victoria siempre” fue uno de sus mejores trabajos mediometrajes, realizado en apenas dos días y con muy poco material a su disposición, pero suficiente para convertirse en un profundamente emotivo homenaje al Che Guevara, a pocos días de su muerte.

Después de esta impronta, otros cineastas como el norteamericano Richard Fleischer (“Che”, 1969, un bodrio que entre otros desastres incluyó a Omar Sharif, encarnando al Che Guevara), los argentinos Fernando Birri (“Mi hijo el Che”, 1985 y “Che, ¿muerte de la utopía?, 1997), Juan Carlos Desanzo (“Hasta la victoria siempre”, 1997), Aníbal Di Salvo ( “El Che”, 1997) y Tristan Bauer (“Che, hombre nuevo”, 2009) se involucraron en filmes, casi todos del género documental, donde intentaron rescatar algunos episodios a partir de documentos inéditos y testimonios, que pretendieron ofrecer cierta luz alrededor de una vida intensa y poco comprendida de este personaje.

Esa fue una etapa importante en la construcción de una cinematografía guevarista que se ha ido enriqueciendo con otras propuestas que han triunfado a nivel mundial, a veces mucho más por la trascendencia del protagonista que por sus valores cinematográficos.