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MEMORIAS DE UN POETA

La poesía de Alberto Peña Lebrón

EL AUTOR REMEMORA SOBRE LA POESÍA CONTENIDA EN SU LIBRO “ÓRBITA INVIOLABLE” (1953), EL CUAL ES UN REFLEJO DE SU ESTADO EMOCIONAL

Poeta. La biblioteca, su tesoro. Él puso sus versos en función de servicio para esa sociedad en busca de una mejor nación.

Poeta. La biblioteca, su tesoro. Él puso sus versos en función de servicio para esa sociedad en busca de una mejor nación.

Para Juan Alberto Peña Lebrón, la poesía fue un instrumento de difusión de las ideas. En su única obra “”rbita inviolable” (1953), 15 poemas describen su estado anímico. Así lo reflejan los títulos “Lluvia”, “Sistemas del Destino”, “Vestigios de la Noche”, “Salutación de Job”, “Ofrenda” y “Después”.

El poeta y abogado de 87 años rememora sobre su poesía: “Mi ser, mi persona, mis ideas, mis sentimientos, no iban a ser aniquilados por el régimen. Y en el libro, que se divide en dos secciones, hay una serie de poemas; uno de carácter lirico, amoroso y otro de carácter social. Y sobre todo hay dos poemas que reflejan ese ambiente: “Meditación después de la siesta” y “Salutación de Job”.

Continua relatando que “este era una forma de expresión para crear un estado anímico complejo, sin mucha relación de ideas muy lógicas pero que refleje la situación de una sociedad en un momento determinado.”

El autor también recurre a aspectos de expresiones de uso cotidiano que también formaban parte de esa realidad; de cosas intrascendentes para el ser humano, como por ejemplo: “Sigamos parlando, mirando el mundo comiendo pan, visitando los cines, recibiendo promesas, acumulando paciencia... Después de todo, un día incierto el Señor premiará la esperanza”.

La Generación del 48 De acuerdo a Peña Lebrón, la importancia de la Generación del 48 se centra en la sinergia de autores de sobrada relevancia y la influencia de otros movimientos literarios como los “Independientes del 40”, del cual sobresalieron Tomas Hernández Franco y Pedro Mir. Además de Domingo Moreno Jimenes con su Postumismo y a Otilio Vigil Díaz con su vedrinismo. “Por otra parte la poesía sorprendida, con su lema: poesía con el hombre universal”, destaca.

Por el prestigio que reunían todos estos movimientos y autores, el autor reflexiona: “La generación de nosotros quería ser una síntesis tanto de las preocupaciones sociales contenidas en autores como Moreno Jimenes como las preocupaciones sociales por el hombre; su sociedad, la pobreza, así como de los poemas de Héctor Incháustegui Cabral, la pobreza de su gente, de nuestro paísÖ junto con la poesía sorprendida”.

Agrega, además, que “el rigor estaba junto con la preocupación social y una nueva visión del mundo mediante un fenómeno llamado libertad, que era la terminación de la Segunda Guerra Mundial, debido a que el mundo respiraba una nueva etapa de aspiraciones sociales”.

“Fruto de toda esa realidad buscamos una nueva visión del mundo”, concluye.

Salutación de Job “La ilimitada paciencia tiene su límite,

La sombra tiene su contorno indeciso que encierra dentro de un círculo de espera perfectamente fijo las inconstantes variaciones, los sucesos de última hora, las caídas y recaídas, las admoniciones y las protestas.

Pero ahora yo pregunto:

A este asunto ceñido, a esta inestable sinfonía sin ecos, a la vida y la muerte, en el desvencijado atavío de la suerte, en este orden de cosas, de besos sin control, de medidas de fiebre, de órganos satisfechos, ¿qué caos, qué rueda de marfil descifra la última gota de un suspiro, el llanto de un violín, la paciencia agotada del hombre perfecto?

Porque ya es necesario, es justo, es suficiente tenerlo todo o nada, comunicar lo perdido, entregarnos al arma homicida, derribar la botella, hundir el dedo índice en la masa, hundir la rota tabla, la última salvación...”

Meditación después de la siesta “Muchos te nombran y te llaman hermano

pero sospecho que te han traicionado.

Multiplicaste los panes y los peces

y seguimos hambrientos de pan y de justicia.

Para que nadie más cayera,

con un madero a cuestas caíste una y otra vez,

burlado por las turbas que intentaste salvar,

por los fariseos que no quisiste confundir,

por la extranjera soldadesca que encarneció tu rostro.

No me atrevo a nombrarte, porque fuiste tan humilde,

tan parco en la palabra, tan rotundo en los actos,

pero recuerdo tu tierra ardida cuando miro mi país en llamas,

entre siniestros mercaderes que merecen tu látigo,

turbas que exigen la multiplicación de los panes,

escribas, fariseos y la extranjera soldadesca.”

(+) UN POETA Y ABOGADO ORGULLO DE SU PUEBLO Alberto Peña León no ha vivido por vivir. Acudió a la poesía primero para comunicar sus inquietudes sociales, después para encontrar un vehículo donde devolverle a la sociedad su sólida formación cultural, su talento y su inteligencia.

Hoy por hoy, es un orgullo de la ciudad de Moca. Todos lo respetan y lo reconocen como uno de sus hijos más preciados. Todo lo que tiene lo ha conseguido con mucho trabajo y sacrificio. Ha sido un abogado al servicio de las mejores causas, no ha aceptado casos de delincuentes, corruptos, ni traficantes, sino que honradamente ha contribuido a que se haga justicia tal y como lo estipulan nuestras leyes. Su ejemplo y su constancia son causas a imitar.

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