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Muestra individual

El dolor convertido en arte

Este jueves 10 de noviembre serán presentados 'Los Latidos de Ángel', en el Centro Cultural Mirador de Santo Domingo a partir de las 7:30 de la noche.

Se conocieron en un concurso de arte donde ella hacía de jurado. Desde aquel momento sus miradas se cruzaron y sus corazones se gustaron. La pasión por las artes fue el intermedio para que Elsa Núñez y Ángel Haché conocieran el amor genuino.

“Empezamos a salir, entonces sus padres lo enviaron a estudiar arquitectura en España”, relata la maestra del arte dominicano, mientras muestra una sonrisa al recordar aquellos días.

Gracias a una beca, Ángel tuvo el privilegio de viajar por varias ciudades del viejo continente y empaparse de la hermosura y el diseño arquitectónico de importantes edificaciones. Al regresar al país le dijo a sus padres que definitivamente, no quería estudiar arquitectura.

Sus progenitores sabían que la pasión por el arte no le garantizaba buen futuro sino tenía preparación, así que lo pusieron a elegir qué y dónde estudiar. Es así que, para finales de los años 60, regresa a España, pero esta vez para inscribirse en la Escuela de Cinematografía.

El reencuentro La amistad entre estos dos jóvenes apasionados creció, y a pesar del viaje a España para estudiar arquitectura, la comunicación entre ellos no menguó.

Rondaba 1970 cuando Elsa toma un avión hasta Europa, no precisamente a encontrarse con su amigo Ángel, sino a continuar desarrollando sus conocimientos artísticos. La madre patria fue testigo de la declaración de amor que él le hiciera a quien fuera su gran amiga hasta ese momento.

Un poema fue el instrumento utilizado para el plasmar sus sentimientos hacia ella. Un anillo que su padre le regaló fue el sello de aquel joven romance.

“Tres años después nos casamos y desde ese día, todo lo empezamos hacer juntos”, comenta Elsa, emocionada.

Ángel fue un hombre que creció en una buena familia, un hogar prospero que no conoció las carencias que muchos padecían. Sin embargo, tenía un corazón muy humano. Se condolía de los mendigos, siempre ayudaba a los vendedores ambulantes, y los marginados fueron motivo de muchas de sus exposiciones.

“Esa sensibilidad hacia las personas desamparadas y pobres era lo que a mí más me gustaba de él”, expresa la artista.

Su casa Recorrer el hogar de Elsa y Ángel es como pasear por un museo donde encuentras cuadros, esculturas y un sin número de obras artísticas que exaltan el amor de ellos.

Desde la entrada se respira un aroma a arte. De sus paredes cuelgan aquellos cuadros que han quedado como testigos de la pasión amorosa y artística que allí se vivía.

Juntos edificaron su casa, juntos formaron un hogar, donde a pesar de no tener descendientes, nunca hubo tristeza ni soledad.

Ángel amaba retratar a su artista preferida mientras esta miraba televisión, leía un libro o dormía. “Solo sé que de repente me decía: mira lo que acabo de hacer y ahí me veía yo pintada”, explica ella al momento de mostrar sus cuadros.

Era cineasta, pintor, poeta y más que todo, un ser humano enamorado de la vida y que la disfrutaba al máximo.

Su partida Desde que se casaron juraron amor hasta que la intrusa muerte los separó. El primero de mayo de este año apagó para siempre la luz de los ojos de Ángel, dejando el corazón de Elsa a medio vivir.

Con voz entrecortada pero firme, así como quien ha encontrado paz en medio de la tormenta, explica: “Él estaba muy sano, inclusive preparaba una obra de teatro y trabajaba con un guion para cine. Pero debido a su debilidad por los dulces y varias arterias que tenía tapadas, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente del corazón”.

Todo salió bien, pero lamentablemente ese día estaba destinado para que Ángel dejara el mundo de los vivos. Al salir de la operación, una bacteria inundo su cuerpo y postrado en una cama, y murió.

El dolor se apoderó de ella y todavía no la ha abandonado. Las lágrimas caían desde los ojos pero salían del corazón. Su amor se fue y en este viaje, ella se quedaba.

A siete meses... Los artistas sin importar el área, son expresivos. Si aman, sus historias, canciones, pinturas y poemas expresan pasión, romance, aventura y todos esos sentimientos que llevan dentro.

Los pinceles de Elsa vieron el descanso por varios días. Sin embargo, la misma pasión que los unió, fue la misma que la hizo salir del trance.

Meses antes de la partida de su gran amor, ella había iniciado dos obras y, a pesar de su tristeza, se dispuso a terminarlas. Ángel amaba ver a Elsa pintar; y es que entre sus dedos, se escondían grandes obras, impactantes expresiones y fuertes sentimientos.

Esta fue la clave para ella disipar su mente del dolor: convertirlo en arte. Los lienzos, las pinturas y los pinceles ahora eran sus compañeros y ella los supo aporvechar, como siempre.

El resultado fueron 20 magníficos cuadros, figurativos y abstractos, donde ella descarga todo el sufrimiento que tenia.

La ganadora del Premio Nacional del Arte 2014, describe que comenzó a trabajar en estas obras para calmar un poco el dolor y la soledad, pero a medida que se envolvía en sus pinturas, estas adquirían mayor fuerza.

“Era como si él estuviera presente dándome fortaleza para yo superar la separación. Al concluir todo el trabajo, entendí que el titulo de la exposición debía llevar su nombre, porque siento su presencia en la luz, en la textura, en el color”, explica.

A ella siempre le ha preocupado el medio ambiente y cómo el hombre lo está destruyendo, así que esta preocupación es una de las motivaciones que se encuentran plasmadas en algunos cuadros.

La poetisa Alfonsina Storni sirvió de inspiración para cuatro de las pinturas de Elsa, gracias a una canción de Mercedes Sosa que la inmortaliza como si estuviera en el fondo del mar, con los peces y las algas.

“Hay uno de los cuadros que lo hice a los pocos días de Ángel haber muerto, y lo titulé: De las tinieblas a la luz, o sea el paso que empecé a dar para salir del luto a la luz. Creo que a siete meses de su muerte, esta exposición me ha liberado un poco de esa carga emocional y ahora siento que él está satisfecho con lo que he hecho”.

(+) POEMA A ELSA Traspasando la noche me dije:/ Si quieres ser feliz debes sonreír a la tristeza./ Entonces buscaré tu mirada/ y me confundiré entre tus pinceles.

Una mariposa se posó entre tus manos/ (aun no tenían formas sus alas)/ y hurgó entre tus dedos/ ¡tus verdaderos pinceles!/ Líneas, formas y colores.

Yo capturé esa mariposa/ (Ahora sus alas son poemas)/ poemas escapados que vuelan/ pintando el aire/ pintando el tiempo.

Ángel Haché

Este es un fragmento del poema con el que Ángel se le declaró a Elsa mientras residían en España. Luego de casados pintó este cuadro donde la presenta a ella sentada con la letras del poema y la mariposa saliendo de sus manos.

Este jueves 10 de noviembre serán presentados Los Latidos de Ángel, en el Centro Cultural Mirador de Santo Domingo a partir de las 7:30 de la noche.

La maestra del arte pictórico dominicano aprovechara esta exposición para homenajear la trayectoria artística de su gran amor.

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