Quiniela Palé

El Papi (su nombre es Eustaquio de Los Santos), dice que si se gana la lotería lo primero que haría es celebrarlo con una malona, una juca y rompiendo 40 botellas de whisky.

Y es que, mis queridos negritos, ha sido mucho lo que ha jugado Papi pero nunca se ha sacado el Premio Mayor.

Lo poco que gana como “asistente de colmadero” —dígase delivery— nuestro protagonista lo gasta en la Lotería Real, Pega 4 Real, Quiniela Real, Lotto Real, Súper Lotto Real, Lotería Nacional, Quiniela, Billetes, Lotto Leidsa, Quiniela palé, Lotto Pool, Pega 3, Loteka, Mega 5, Mega 5 Extra y Mega Chance.

Pero parece que la suerte lo ha abandonado o que le echaron un “guanguá” (una maldición para quienes privan en finos o no conocen el término). Todos los días Papi le pregunta a medio barrio con qué se soñaron, para luego ir corriendo a la banca de apuestas.

Que si La Charo se soñó con casamiento eso da 63; que Doña Miminga soñó que estaba en el cementerio, 94; que uno de los vagos que se ponen todos los días debajo de la mata de mango de la esquina se soñó que estaba dándose una jartura de huevos, eso da 00 (que es el 100).

Papi siempre soñaba que se convertía en el Nuevo Millonario. Que una limosina y cinco yipetas, con una Disco Lay, iban a buscarlo a su barrio y que en frente de toda la gente le hacían entrega de un cheque grande de ¡30 millones de pesos! Después le daban un paseo en limosina por todo el pueblo, para que todo el mundo viera que Papi había ganado la lotería y que sí era posible ser millonario.

¡Ay, negritos! Nuestro Papi sentía que estaba cerca de salir de la miseria.

Lástima que en su destino no estuviese marcado ser millonario, y que la malona, la ‘juca’ y las 40 botellas de whisky se quedaran para siempre flotando entre sus sueños.