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EL AÑO JUBILAR

Los que crecieron con la radio

Radio Santa María (RSM), concibió hace más de cuatro décadas un programa, para llegar a un público infantil, de entretenimiento sano y educativo, que ha continuado hasta el presente. Quienes idearon el formato del espacio, nunca imaginaron que “Chiquilladas” marcaría varias décadas y vería crecer a una generación de niños y adolescentes de la región y a sus protagonistas, que cada día respondían a un contenido que impregnaba las sonrisas de los pequeños oyentes y hasta de los adultos.

Por este programa desfilaron decenas de voces infantiles y juveniles que se iban renovando para darles oportunidad a nuevos relevos que deseaban formar parte del concepto, porque otros debían seguir sus rumbos académicos.

Eran cuestiones de “Chiquilladas” que se labraban desde una cabina de radio donde rebosaba la inocencia, la espontaneidad, las risas, los juegos y los cuentos. Este modelo de programación infantil con sus diversas variantes y nuevas secciones, se ha transmitido de manera ininterrumpida por más de cuarenta años, de lunes a sábado, de 5:30 a 6 de la tarde, sobreviviendo cuando otros programas infantiles desaparecían.

Un modelo de trayectoria

El programa infantil salió al aire por primera vez en 1974, vinculado de alguna manera con una radio-revista educativa para adultos, “Universidad para Todos”, concebida por el P. Pedro González Llorente.

Este programa encarnaba la filosofía de comunicación participativa de la emisora, que cada semana visitaba comunidades campesinas para empaparse de sus problemas y abrirles sus micrófonos.

Pero si los adultos de la comunidad participaban, también los niños querían hacerlo. Había que encontrar un espacio de expresión para ellos. Así nació “Chiquilladas”, un programa original e innovador en su época, enriquecido con la chispa propia que aportaban los sucesivos colaboradores.

El concepto original nació con José Ignacio López Vigil y Olga Robilda (Olguita). Ambos concuerdan que el rápido éxito del programa se debe en buena medida a “Pachito”, un mono que se ha convertido en leyenda rural. “Parece que lo trajo un promotor de las Escuelas Radiofónicas. Era un monito de esos pequeños, rabo verde, muy inquieto y huraño. ¡Pero Olguita les decía a los oyentes que este mono hablaba! Para lograrlo, ella misma grababa su voz y la transmitía a mayor velocidad. Ella preguntaba y el mono daba consejos. Niños y niñas venían a la emisora a ver al mono. Entonces, les decíamos que como era muy ‘tímido’ no hablaba ante ellos. Solo en cabina hablaba el mono.” Conceptos y tradiciones Entre el mono, los cuentos, los chistes y las canciones, Chiquilladas se convirtió en uno de los pocos programas de radio para niños en el país. Pronto llegarían nuevos conductores que seguirían promoviendo el concepto, como Mercedita Rodríguez, Luis Emilio Díaz y Gerónimo Abréu, entre muchos otros.

Aparte de las actividades que se realizaban, que incluían concursos, recitales, campamentos, coreografías, lecturas dramatizadas con personajes, cuentos, canciones, y demás, Luis Emilio Díaz introdujo varias novedades.

Díaz promovió las visitas a las organizaciones comunitarias que formaban parte de la red de amigos.

Y con esto se logró una mayor interacción con los niños y niñas de las comunidades: “Decidí salir a visitar esos lugares preparando encuentros con las organizaciones comunitarias para hacer grabaciones y programas especiales donde los niños fueran los protagonistas de un programa para ellos mismos.

Hacíamos un Chiquilladas de 15 minutos con cortes y con las voces de los propios niños oyentes”, recuerda.

Janissa Rodríguez fue una integrante de “Chiquilladas” desde los seis años de edad. Su voz se desarrolló en los micrófonos de la emisora. Ella relata con cierta nostalgia que cada 6 de enero se realizaban actividades para celebrar el Día de los Santos Reyes.

Desde programas especiales con rifas de juegos, bicicletas y computadoras para niños de escasos recursos de barrios y comunidades rurales, así como regalos, helados, bizcochos, y hasta eventos con inscripciones formales en el auditorio.

“El programa se solía preparar una hora antes de salir al aire y se designaban los segmentos y los responsables de cada lectura. Practicábamos cada intervención en los cuentos leídos y hasta los chistes que se harían al aire”, refiere la productora.

Ariel Puntiel fue otro de los niños que integraron “Chiquilladas”.

Se enamoró del programa y de la radio, siendo uno de sus locutores estelares. Ariel considera que los padres deben apoyar a sus hijos en cada una de sus iniciativas por el arte. “Los niños tienen que ser escuchados cuando dicen “cuando yo sea grande quiero ser”, pues ahí está sustentado el futuro de ellos y de nuestro país”, afirma.

Testimonios

Los niños de Chiquilladas crecieron.

Gerónimo Abréu otro de los veteranos del equipo, es cirujano, y realiza una especialidad en México.

Daysibel de la Cruz también terminó hace un año la carrera de medicina.

Génesis y Mercedita se han convertido en profesionales de la radio en España y Estados Unidos, al igual Ariel Puntiel, Yiceli Hernández y Janissa Rodríguez quienes vieron en “Chiquilladas” una plataforma de la comunicación, y además, continúan vinculados a la emisora sexagenaria.

Yiceli Hernández

“Recordar a Chiquilladas en mi niñez trae consigo una de las mejores etapas que pude vivir. Inicié en el programa a la edad de nueve años. Una de mis aventuras favoritas eran los campamentos que se desarrollaban en Jarabacoa, pero la mayor experiencia es que siendo niña tuve recuerdos imborrables por la oportunidad de transmitir mensajes bajo la magia de la radio.”

Daysibel de la Cruz

“Para mí, Chiquilladas fue mi casa; llegar desde los 8 años hasta los 23, todas las tardes, con sol, lluvia, tormentas, a pie, en bicicleta… fue una experiencia inolvidable.

Parte de lo que soy ahora se lo debo a este programa. La gloria es de Dios por haber permitido que mi vida casi completa estuviera rodeada de micrófonos y que a través de ellos pudiera ser parte de la educación de tantos niños. Estaré eternamente agradecida.”

Ariel Puntiel

“A mis 13 años tuve la oportunidad que cualquier niño interesado por los medios de comunicación hubiese querido tener: formar parte del programa infantil “Chiquilladas”. Y es que tener el contacto con tantas comunidades que nos escuchaban y nos esperaban como súper estrellas era una locura para un niño de mi edad.

En esta propuesta radial pude destacarme como ‘animadorcito’. Hoy parte de mi sustento lo manejo a través de la radio.”

Janissa Rodríguez

“Crecí entre consolas, micrófonos y cuentos infantiles. Apenas tenía 5 años cuando presentaba secciones y saludaba a los oyentes.

Me solían llamar ‘piojito’ o ‘pulguita’, porque siempre estaba moviéndome de un lado a otro. Cuando cumplí nueve años me vestía de Minnie Mouse para los encuentros con las comunidades. Recuerdo que cuando tenía ocho años, más o menos, Rafael Cruz Collado que en paz descanse, quien fuera nuestro control máster, era la voz del Lobo. Hacíamos el juego: Juguemos en el bosque mientras el lobo no está… ¿Lobo, estás? A lo que él respondía: Sí, estoy poniéndome la camisa… Y así seguía con cada pieza de vestir respondiendo a la pregunta coreada. Sin dudas, siempre fue mi parte favorita.

La experiencia más enriquecedora de la última temporada de “Chiquilladas” han sido los talleres para pequeños reporteros ecológicos.

Hemos visitado escuelas públicas en todo el Cibao Central con el objetivo de enseñarles las principales técnicas para hacer la noticia.”

Un futuro cibernético

Hoy la radio para niños enfrenta una dura competencia por parte de la televisión y las nuevas tecnologías.

Por eso “Chiquilladas” trata de llegar a los niños a través de nuevos recursos educativos impresos, como la agenda escolar “Convivir” o las historietas cómicas elaboradas por el equipo de Ediciones de Radio Santa María.

Y la emisora prepara desde hace algún tiempo la incursión de Chiquilladas en el ciberespacio, por la plataforma de una página web que ofrecerá juegos interactivos, cuentos dramatizados, actividades y concursos a través de redes de reporteros escolares. Llegará a los hijos de dominicanos en la Diáspora que crecieron con el programa.

Y “Pachito” se convertirá en un mono virtual.

Dinamismo. Olga Robilda (Olguita) mientras se dirigía al público. Las peticiones llegaban de todo el Cibao para llevar "Chiquilladas" a distintas comunidades.

Único. Entre el mono, los cuentos, los chistes y las canciones, "Chiquilladas" se convirtió en uno de los pocos programas de radio para niños del país.

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