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PERSPECTIVA

¿Crisis? En el mercado del arte

Exposición mi Psico-Expresionismo del artista Oscar Abreu, en la galería de Bellas Artes.

Exposición mi Psico-Expresionismo del artista Oscar Abreu, en la galería de Bellas Artes.

Para la época de los años 70, adquirir una obra de arte dominicana era de alto prestigio para el comprador. Si las paredes del hogar ostentaban obras con la firma de Ramón Oviedo, Darío Suro, Iván Tovar, Cándido Bidó, Rosa Tavárez, Antonio Guadalupe o Guillo Pérez, era una cuestión de cultura y buen gusto.

Cada uno de estos artistas dominicanos vio su máximo esplendor antes de llegar la posmodernidad. Esta, con sus muchas atribuciones y gran tecnología, llegó para transformar los gustos de las personas, aumentar el poder adquisitivo de algunos y, disminuir el de otros.

El trabajo artístico se ha cotizado gracias a la implementación de técnicas variadas y la adaptación del trabajo manual con el digital.

Marianne de Tolentino, directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, dice: “La pintura clásica ha tomado valor universal y está valiendo cada vez más en las subastas internacionales y en la cotización del arte internacional”.

Adaptación cultural

Hoy, la adquisición de una obra de arte de gran valor económico no tiene la misma prioridad que ayer. Sin embargo, el gusto por el arte no está perdido. La artista dominicana Rosa Tavárez, explica que las nuevas generaciones tienen actitudes diferentes respecto al arte.

“Este es un pueblo que le gusta el modismo, cada moda que sale en la televisión no importa de donde sea, el pueblo quiere adoptar la conducta.”

Tavárez considera que los aborígenes comparados con los dominicanos son dignos de admirar, porque donde quiera que estos se encuentran se mantienen apegados a su autenticidad cultural.

“Un aborigen nunca pierde sus raíces; nuestra cultura tiene tanta influencia de otras que adopta una actitud que está relacionada con parecerse a los otros, en ser como otros y nadie asume una responsabilidad de ser como es”. Además, considera que este es uno de los factores que ha incidido en la variación de los gustos de las nuevas generaciones.

Marianne de Tolentino explica que la pintura clásica dominicana comenzó a desarrollarse entre la pintura romántica y la primera fase de la pintura moderna: “Pero no ha habido, por ejemplo, como otros países de América Latina, Perú, Colombia, Ecuador, una pintura colonial; esa pintura mestizada por los aportes del siglo XVIII aquí no la hubo, con la excepción que está en Higüey, pero no se puede considerar como pintura clásica”.

Myrna Guerrero, directora del Museo Bellapart, explica en ese sentido que el arte se ajusta a los tiempos. Las personas están interesadas en mantenerse cómodas, y la tendencia minimalista hace que el arte se adapte, y la inclinación clásica disminuya.

“Las paredes de los apartamentos de hoy limitan el colgar cuadros. Además, la tendencia minimalista donde una pared está pintada de un color, una de otra, es limitante para que las personas quieran adquirir cuadros de grandes artistas”.

A pesar de no optar por comprar obras valiosas, la directora del museo sostiene que el interés de las personas hacia los cuadros y esculturas, se ve manifestado en la asistencia a las exposiciones y visitas guiadas.

¿Mercado de arte dominicano?

En todas las épocas, el arte y sus manifestaciones (música, literatura, escultura, pintura, etc), siempre han dependido del mercado.

Rosa Tavárez plantea que cuando no existía el mercado del arte dominicano, los artistas pintaban por vocación: “Los artistas eran intelectuales naturales y pintábamos porque teníamos necesidad de expresar el sentimiento que llevamos dentro, sin preguntar a dónde iba esa obra y para qué la hacíamos”.

Fue a partir de ahí que la gente empezó a interesarse por las obras de los artistas, y comprar su trabajo, surgiendo así los coleccionistas que comenzaron a invertir en las artes.

El pasado 28 de mayo fue celebrado en Cuba el Congreso de la Asociación Internacional de Críticos del Arte (AICA).

Marianne de Tolentino lamentó que en República Dominicana no se haya celebrado aun ninguna edición del congreso del AICA. Este es uno de los factores que influyen para que el país no goce de un buen mercado del arte.

Además, expresa: “Aquí no hay mercado del arte, un verdadero mercado del arte como los hay en otras partes con casas de subastas, con múltiples galerías. Realmente, una tomada en cuenta de la crítica, de la historia del arte, de muchísimos factores aquí no existe”.

Rosa Tavárez, enfatiza que: “Antes de hablar de alguna decadencia del mercado del arte es necesario realizar un estudio sociológico de la conducta del pueblo dominicano. La diferencia es que los inversionistas que creen en el arte dominicano y lo valoran, han perdido la fe y la visión y se han ido para Miami a comprar en la subastas obras de extranjeros sin valorar los que tienen aquí que son tan buenos y tan valiosos como cualquier parte el mundo, yo nunca he creído que hay deficiencia lo que hay es falta de visión, falta de creer en lo que somos”.

La crítica de arte y Premio Nacional de Literatura, Jeannette Miller, destaca que la adquisición de obras ha cambiado de perfil.

Varios factores se pueden señalar de esta causa, entre esos ella considera: “La producción de obras no aptas para formar parte de una colección privada, la oferta -en tiendas de decoración, mueblerías e incluso galerías de arte- de reproducciones de pinturas de importantes autores universales a muy bajo costo, el desconocimiento por parte de los adquirientes de la importancia de tener una obra original de artistas nacionales de probada calidad, así como la poca importancia que se da a las obras de arte y a los artistas visuales en los medios de comunicación”.

Miller está convencida de que la ausencia de una formación sobre pintura, escultura, dibujo, grabado, fotografía y otros medios, incapacita reconocer la calidad y aún los nombres de los artistas más importantes. Al igual que ella, Marianne de Tolentino entiende que sin ninguna duda el mercado del arte de aquí es muy subjetivo, porque depende de quién vende y a quién venden.

PERCEPCIÓN

Jeannette Miller, crítica de arte y Premio Nacional de Literatura, considera que se debe tomar en cuenta que los gustos han variado por las propuestas actuales.

Myrna Guerrero, directora galería Bellapart.

Rosa Tavárez, maestra de la pintura.

Jeannette Miller

Marianne de Tolentino, crítica de arte.

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