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Crítica

Las novelas exóticas de Rodrigo Rey Rosa

Las novelas exóticas de Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958), no trascienden por su ambientación. Estas piezas poseen un sello distintivo no obstante su ocurrencia en sitios alejados de la civilización, donde poco cuentan las costumbres que propone “el desarrollo”.

Rey Rosa “construye” un exotismo vinculado a la naturaleza intuitiva de sus personajes, a los resortes internos que los mueven y a las leyes que imperan en territorios olvidados, ocultos, resignados a ver el sol a través de miradas poco deslumbrantes.

Alfaguara México acaba de publicar la primera edición para América de “Tres novelas exóticas”, escritas a partir de las experiencias viajeras de su autor. Conocido por su amplia bibliografía traducida a varios idiomas, Rey Rosa agrupa tres narraciones que exploran la naturaleza humana. La primera, “Lo que soñó Sebastián” nos adentra en las inhóspitas selvas centroamericanas donde todavía la extracción de tesoros aborígenes es un negocio rentable; la segunda se ambienta en el Sur de la India donde lo mítico es un culto que escapa de la voluntad individual.

La tercera historia, de naturaleza epistolar, sucede en Marruecos. Esas cartas retratan el alma de un país (Marruecos) donde todo puede suceder, donde los sueños rompen los límites de la realidad y exploran la naturaleza interior de unos personajes que saben proteger, conservar y defender sus valores.

Lo exótico en Rey Rosa puede concebirse como una especie de suspense que obliga a mantener el interés por la lectura. Por eso, la representación del ingrediente “extranjero” en sus novelas, no propone fines turísticos, ni anecdóticos.

Su concepción del exotismo se enriquece en matices, como puede ser el deseo de describir un país distinto del propio, ya sea por el empleo de elementos reales o debidamente documentados, junto a nociones convencionales.

Sin embargo, en estas novelas se apuesta por una prosa cercana a la aventura, al ansia de escape, al descubrimiento de nuevos paisajes, de otras formas de subsistencia y en definitiva, por un nuevo humanismo.

Rey Rosa involucra al lector en un exotismo realista. Sus historias provocan emociones mucho más llamativas que las producidas en realidades más convencionales. Sin embargo, no creo que Rey Rosa sea un escritor “exótico” en el sentido provocador de la palabra.

Estamos en presencia de un narrador que se las ingenia para provocar una actitud determinada frente a una historia, donde se priorizan la creatividad y el sentido común por encima del reino de la invención.

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