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EL LEGADO DE SALOMÉ

El Instituto Superior Salomé Ureña

La educadora. En el pasillo principal del recinto "Felix Evaristo Mejía" se puede observar una pintura donde figuran la poetisa Salomé Ureña, el educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos y Felix Evaristo Mejía.

La educadora. En el pasillo principal del recinto "Felix Evaristo Mejía" se puede observar una pintura donde figuran la poetisa Salomé Ureña, el educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos y Felix Evaristo Mejía.

El nombre de Salomé Ureña prestigia un alto centro de estudios de la República Dominicana. Algunos atribuyen su procedencia como un apéndice del “Instituto de Señoritas” fundado por la poetisa hace más de cien años.

Sin embargo, el “Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña” (ISFODOSU), representa la continuidad de las escuelas normales establecidas en el país por Eugenio María de Hostos, desde 1880.

En la historia dominicana y hasta la octava década de los años 80 del siglo XIX, el sistema de educación nacional estaba regido por la Iglesia Católica. En ese contexto, Hostos entendió que la enseñanza académica no debía ser controlada por la religión, pues constituía una franca subordinación de la razón al dogma.

La Escuela Normal establecida por Hostos perseguía dos objetivos fundamentales: formar maestros y elevar la conciencia cívica y moral del pueblo dominicano.

Víctor Coats, en su “Manual de Historia de la Educación Universal y Dominicana”, explica que Eugenio María de Hostos promovía un sistema pedagógico sustentado en el raciocinio, al tiempo que profesaba diversas asignaturas de las que fueron partes la ética y la moral.

En el referido manual aparecen los nombres de los primeros educadores y colaboradores de Hostos en aquel proyecto. Figuras como Francisco Henríquez y Carvajal y José Castillo codirigían el sistema. Entre el claustro docente figuraban José Dobeau, Emilio Prud’ Homme, Carlos Alberto Zafra, Federico Henríquez y Carvajal, José Santiago de Castro y Geraldo Cansen.

En 1884 ocurrió la primera titulación. Entre los egresados con el título de maestros normales figuraban Félix Evaristo Mejía, Arturo Grullón, Francisco José Peynado, Lucas T. Gibbes, José María Alejandro Pichardo y Agustín Fernández.

Otras escuelas

Entre 1881 y 1900 se fundaron otras instituciones dedicadas a la formación de maestros. La escuela “Perseverancia”, en Azua de Compostela, y el Instituto de Señoritas, en San Pedro de Macorís, fueron dos de ellas.

Con la creación de la Ley 144-31, que establecía la capacitación de los maestros en servicio durante los años 1900, se designan escuelas primarias anexas y escuelas normales modelos. Más adelante, la Ley 842-50, dispone la apertura de escuelas normales en sitios considerados de importancia.

El 11 de octubre de 1950 se funda la Escuela Normal “Luis Napoleón” en Licey al Medio de Santiago. En la actualidad, este centro trabaja como recinto del ISFODOSU en esa localidad.

Dos años más tarde, en Santiago de los Caballeros, se abren las puertas de la Escuela Normal “Emilio Prud’Homme” y en Santo Domingo para el año 1953 se fundó la Escuela Normal “Félix Evaristo Mejía”, que actualmente funciona como recinto de Educación Inicial y Básica.

Por qué su nombre

Para 1980, el país vivió una terrible crisis económica. Como consecuencia de esa crisis, el sistema de educación pública estuvo a punto de colapsar. Marcos Vega Gil, vicerrector docente del recinto “Félix Evaristo Mejía”, explica que a través “del Plan Decenal 1992-2002 se empezó a invertir en el sector educación”.

Dentro de los lineamientos generales del Plan Decenal de Educación 1992-2002, se estableció, mediante la ordenanza 8-93, la reestructuración de las escuelas normales. La comisión encargada de esta reestructuración tenía como misión principal la elaboración de una propuesta dirigida para un nuevo sistema de formación y capacitación de maestros para el nivel básico.

Después de varios estudios, la referida comisión recomendó que las escuelas normales fueran transformadas en una sola institución nacional de educación superior descentralizada, así como la creación de un organismo que coordinara la oferta de formación de maestros. Con estas medidas “las escuelas normales desaparecieron y se convirtieron en institutos”, explica Vega Gil.

Para agosto de 1994 se formaliza la creación del órgano de gobierno de la Escuela Normal Superior. Producto de esto, dichos centros se convirtieron en unidades docentes llamadas recintos donde se ofrecen programas de formación y capacitación en las diferentes áreas.

El maestro Vega Gil explica que mediante el Decreto no. 427-00, las escuelas normales superiores fueron agrupadas en una sola institución: el Instituto Universitario de Formación Docente. En el año 2003, mediante el Decreto 571-03, al Instituto Superior de Formación Docente se le asignó el nombre de “Salomé Ureña.”

El instituto hoy

Eugenio María de Hostos fue un educador con una visión critica. Y nos enseñó a pensar. Y su legado permanece en las escuelas normales.

El actual vicerrector del instituto, Marcos Vega Gil, también egresado del ISFODOSU, comenta: “Me gradué de maestro normal, ese era mi título. Ahora ya no se usa, sino que es licenciado”. Antes el instituto impartía una especie de bachillerato similar al ofrecido en las escuelas normales, pues los aspirantes a maestros entraban como bachilleres, y salían graduados de maestros normales.

Debido a la reforma del Plan Decenal de Eduación 1992-2002, los maestros egresaban con el titulo de profesorado y a partir de 1999, con el de Licenciados en Educación.

En la actualidad, el ISFODOSU ofrece un programa académico amplio con ofertas de grado, postgrado, especialidades y diplomados.

Los interesados en ingresar deben pasar por pruebas de admisión que incluyen un examen de letras y matemáticas, así como aprobar la prueba ‘POMA’ que exige el Ministerio de Educación a las universidades.

El pénsum, además de las asignaturas oficiales, incluye otra llamada Orientación Académica. Marcos Vega enfatiza que en esta materia: “Se les enseña el origen de las Escuelas Normales y datos importantes sobre la educadora y poetisa Salomé Ureña.”

Con el propósito de que los ingresados puedan adquirir un alto grado académico, una vez aprobadas todas las pruebas son becados. Esta subvención incluye: “merienda que es una especie de desayuno, almuerzo, el pago de la oferta académica, y como último beneficio reciben un transporte. Los que vienen de muy lejos se les da $3,500 pesos y los que son del entorno cobran unos $2,000 pesos mensuales”, así lo explicó Vega Gil.

La población de estudio del recinto “Félix Evaristo Mejía” son jóvenes menores de 25 años interesados en ser licenciados en educación inicial y básica.

Por otro lado, los aspirantes a maestros de Educación Física toman sus clases en el recinto “Eugenio María de Hostos”, localizado en el sector Honduras del Distrito Nacional. Los demás recintos provinciales se encargan de capacitar a los bachilleres de manera conjunta en las áreas ya mencionadas.

Hasta el presente, del instituto han egresado alrededor de 28,852 profesionales. Todos ellos se han insertado en el ámbito laboral, ya bien en colegios privados o en el sector público.

Según el informe publicado por el Ministerio de Educación sobre los resultados del décimo primer Concurso de Oposición, el instituto fue posesionado en el primer lugar de un total de 22 universidades.

“Nuestro fuerte está en las prácticas de pasantía que tienen que hacer los estudiantes. Estas duran un mayor tiempo que en las universidades privadas. Contamos con maestros nombrados para acompañar y supervisar a los muchachos mientras están en las escuelas, no los dejamos solos”, enfatizó el maestro Vega Gil.

Los estudiantes egresados del instituto tienen la seguridad de un trabajo, ya que el equipo de maestros pone a su disposición las oportunidades para que salgan bien orientados y capacitados: En ese sentido, el maestro explica: “En muchos estudios realizados por Educa y otras instituciones los estudiantes de nosotros son muy cotizados, inclusive el mismo ministerio los quiere. La diferencia está en la calidad.” Altagracia Eliberta Quiñones, lleva alrededor de 8 años impartiendo las materias de educación inicial. Y explica: “A nivel nacional los maestros más destacados se forman acá, pues se les da una buena preparación donde ellos desarrollan todas las áreas del conocimiento. Se trabaja mucho la parte de saber qué deben hacer en su labor docente.”

El director de la biblioteca, Diógenes Pochet de León, comenta que cada recinto tiene una biblioteca especializada en el área que imparte, con alrededor de seis mil títulos y diez mil volúmenes. Pero tienen pocas obras de Salomé como escritora

De igual forma, la estudiante Diana Elizabeth Ogando Pérez asegura que le ha gustado estudiar en el ISFODOSU, pues la capacitación que se imparte en este centro es de calidad. También manifiesta que todos los maestros tienen un compromiso con la educación y se aprende mucho de ellos.

Sus aulas han visto desfilar a maestras importantes como Carmen Gálvez quien actualmente es coordinadora de Prácticas y Pasantías, Francis Burgos, Juana Sánchez, Elida Jiménez, Argentina Henríquez, Guillermina Jiménez, Pascual Leocadio y Carmen Elena Cruz.

((Pocos conocen que el país cuenta con un instituto superior especializado en formar y capacitar a los aspirantes a maestros, registrado bajo el nombre de la ilustre educadora Salomé Ureña. dos de ellas.

Con la creación de la Ley 144-31, que establecía la capacitación de los maestros en servicio durante los años 1900, se designan escuelas primarias anexas y escuelas normales modelos. Más adelante, la Ley 842-50, dispone la apertura de escuelas normales en sitios considerados de importancia.

El 11 de octubre de 1950 se funda la Escuela Normal “Luis Napoleón” en Licey al Medio. En la actualidad, este centro trabaja como recinto del ISFODOSU en esa localidad.

Dos años más tarde, en Santiago de los Caballeros, se abren las puertas de la Escuela Normal “Emilio Prud’Homme” y en Santo Domingo para el año 1953 se fundó la Escuela Normal “Félix Evaristo Mejía”, que actualmente funciona como recinto de Educación Inicial y Básica.

Por qué su nombre

Para 1980, el país vivió una terrible crisis económica. Como consecuencia de esa crisis, el sistema de educación pública estuvo a punto de colapsar. Marcos Vega Gil, vicerrector docente del recinto “Félix Evaristo Mejía”, explica que a través “del Plan Decenal 1992-2002 se empezó a invertir en el sector educación”.

Dentro de los lineamientos generales del Plan Decenal de Educación 1992-2002, se estableció, mediante la ordenanza 8-93, la reestructuración de las escuelas normales. La comisión encargada de esta reestructuración tenía como misión principal la elaboración de una propuesta dirigida para un nuevo sistema de formación y capacitación de maestros para el nivel básico.

Después de varios estudios, la referida comisión recomendó que las escuelas normales fueran transformadas en una sola institución nacional de educación superior descentralizada, así como la creación de un organismo que coordinara la oferta de formación de maestros. Con estas medidas “las escuelas normales desaparecieron y se convirtieron en institutos”, explica Vega Gil.

Para agosto de 1994 se formalizada la creación del órgano de gobierno de la Escuela Normal Superior. Producto de esto, dichos centros se convirtieron en unidades docentes llamadas recintos donde se ofrecen programas de formación y capacitación en las diferentes áreas.

El maestro Vega Gil explica que mediante el Decreto no. 427-00, las escuelas normales superiores fueron agrupadas en una sola institución: el Instituto Universitario de Formación Docente.

En el año 2003, mediante el Decreto 571-03, al Instituto Superior de Formación Docente se le asignó el nombre de “Salomé Ureña.”

El instituto hoy

Eugenio María de Hostos fue un educador con una visión critica. Y nos enseñó a pensar. Y su legado permanece en las escuelas normales.

El actual vicerrector del instituto, Marcos Vega Gil, también egresado del ISFODOSU, comenta: “Me gradué de maestro normal, ese era mi título. Ahora ya no se usa, sino que es licenciado”. Antes el instituto impartía una especie de bachillerato similar al ofrecido en las escuelas normales, pues los aspirantes a maestros entraban como bachilleres, y salían graduados de maestros normales.

Debido a la reforma del Plan Decenal de Eduación 1992-2002, los maestros egresaban con el titulo de profesorado y a partir de 1999, con el de Licenciados en Educación.

En la actualidad, el ISFODOSU ofrece un programa académico amplio con ofertas de grado, postgrado, especialidades y diplomados.

Los interesados en ingresar deben pasar por pruebas de admisión que incluyen un examen de letras y matemáticas, así como aprobar la prueba ‘POMA’ que exige el Ministerio de Educación a las universidades.

El pénsum, además de las asignaturas oficiales, incluye otra llamada Orientación Académica. Marcos Vega enfatiza que en esta materia: “Se les enseña el origen de las Escuelas Normales y datos importantes sobre la educadora y poetisa Salomé Ureña.”

Con el propósito de que los ingresados puedan adquirir un alto grado académico, una vez aprobadas todas las pruebas son becados. Esta subvención incluye: “merienda que es una especie de desayuno, almuerzo, el pago de la oferta académica, y como último beneficio reciben un transporte. Los que vienen de muy lejos se les da $3,500 pesos y los que son del entorno cobran unos $2,000 pesos mensuales”, así lo explicó Vega Gil.

La población de estudio del recinto “Félix Evaristo Mejía” son jóvenes menores de 25 años interesados en ser licenciados en educación inicial y básica.

Por otro lado, los aspirantes a maestros de Educación Física toman sus clases en el recinto “Eugenio María de Hostos”, localizado en el sector Honduras del Distrito Nacional.

Los demás recintos provinciales se encargan de capacitar a los bachilleres de manera conjunta en las áreas ya mencionadas.

Hasta el presente, del instituto han egresado alrededor de 28,852 profesionales. Todos ellos se han insertado en el ámbito laboral, ya bien en colegios privados o en el sector público.

Según el informe publicado por el Ministerio de Educación sobre los resultados del décimo primer Concurso de Oposición, el instituto fue posesionado en el primer lugar de un total de 22 universidades.

“Nuestro fuerte está en las prácticas de pasantía que tienen que hacer los estudiantes. Estas duran un mayor tiempo que en las universidades privadas. Contamos con maestros nombrados para acompañar y supervisar a los muchachos mientras están en las escuelas, no los dejamos solos”, enfatizó Vega Gil.

Los estudiantes egresados del instituto tienen la seguridad de un trabajo, ya que el equipo de maestros pone a su disposición las oportunidades para que salgan bien orientados y capacitados: En ese sentido, el maestro explica: “En muchos estudios realizados por Educa y otras instituciones los estudiantes de nosotros son muy cotizados, inclusive el mismo ministerio los quiere. La diferencia está en la calidad.”

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