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SERIE ESPECIAL

Literatura dominicana en Puerto Rico

La Isla del Encanto, además de ser una nación vecina, se ha convertido en el hogar de destacados escritores, promoviendo la literatura dominicana y puetoriqueña en el Caribe y los Estados Unidos

Ilustración. Isla Negra Editores cumple 25 años de labor literaria en Puerto Rico.

Ilustración. Isla Negra Editores cumple 25 años de labor literaria en Puerto Rico.

En una tarde soleada de abril de 1979, Eugenio García Cuevas llegó a Puerto Rico. No imaginó que su estadía en esta isla sería el motor para su despertar literario.

En La Vega, su ciudad natal, trabajó como aprendiz en la sastrería del ahora sacerdote Bienvenido Colón. El escritor expresa que “sin ser escritor ni político y solo siendo un modesto maestro de sastrería”, este sacerdote fue una de las personas más influyentes en su inclinación por la escritura.

Entre los pedales de las maquinas se encontraba una variedad de libros, se leían periódicos y se escuchaba mucho la radio. Esto le permitió a Eugenio García Cuevas aprender “de los silencios, los ruidos, las palabras, los gestos, los rituales, los tonos, la disciplina, las bondades, las mañas, la camaradería, las canciones”, que algún día lo empujarían por el mundo de la palabra escrita.

A su llegada a Puerto Rico logró concluir sus estudios de bachiller a través de exámenes libres, y para 1984 ya se había graduado de Literatura e Historia. Las cartas escritas a su madre y a sus amigos desde la Isla del Encanto fueron sus primeras producciones literarias. El escritor resalta que quizás en las cartas se encuentren “los mejores textos literarios, poéticos y humanos de la literatura dominicana producida en el exterior”.

Su primer texto poético era de corte romántico, centrado en la tragedia de un naufragio sucedido en la costa de Cabo Rojo, al oeste de la isla. Este poema llamó la atención de la revista ‘La Torre del Viejo’, que más adelante publicó el texto. Esta publicación constituyó para el entonces joven escritor “un estímulo y ejemplo de la solidaridad antillanista”, pues para 1981 los nombres de José Martí, Máximo Gómez, Juan Bosch, Pedro Mir, y otros escritores reconocidos estaban vivos en la memoria de los lectores.

Como cualquier joven dominicano que visita otro país por primera vez, tuvo deseos de conocer sobre la historia de Puerto Rico. Su poeta y amigo Gilberto Hernández y el profesor puertorriqueño Mario Rodríguez fueron personas muy determinantes para su formación intelectual.

Participó en grupos de izquierda, en un taller de formación política, y en un consistente plan de estudio de literatura marxista y filosófica. Bajo estas circunstancias se le despertó un deseo insaciable “de saber cada vez más del país donde había nacido”, comenta el escritor.

Tras el interés por la dominicanidad de los miembros del grupo político al que pertenecía, se vio obligado a consultar los pocos libros que tenía a disposición sobre República Dominicana. El escritor y ensayista resalta que “fueron varios los artículos que publiqué sin mi firma en algunas revistas de izquierda, pues como migrante se entendía que no debía participar de estos grupos”.

Retazos de tela de la sastrería y las tiendas donde trabajaba, sirvieron como base para que este escritor hambriento plasmara sus ideas. En la biblioteca de Maritza, su hermana fallecida, García Cuevas tuvo la oportunidad de leer a los escritores dominicanos Pedro Mir, Juan Bosch, y a los puertorriqueños Julia de Burgos y Luis Palés Matos.

A su paso por el mundo político y social puertorriqueño continúo cultivando la expresión literaria. Gracias a esta unión, le nació un compromiso de “dar a conocer a los escritores dominicanos en Puerto Rico, ya que la literatura dominicana no tenía la misma difusión que otros países de habla hispana en suelo puertorriqueño”, aclara.

Los únicos nombres mencionados a nivel de literatura eran los de Pedro Henríquez Ureña, Juan Bosch y Pedro Mir, por los expertos en literatura. Consideró hacer una antología panorámica de la literatura dominicana, exclusivamente al público puertorriqueño. La falta de recursos le impidió trabajar esta obra.

También, mientras el ensayista estaba de visita en su país, entraba a las librerías de Santo Domingo. Esto le permitió hacer una valiosa biblioteca personal de autores dominicanos.

Se suscribió a revistas, compraba los periódicos que llegaban cada lunes a Puerto Rico, y hacía archivos de recortes periodísticos. “Me gastaba mucho dinero, pero era la única manera de mantenerme algo al día, por lo menos documentalmente, en cuanto al acontecer histórico, literario y la actualidad del país”, enfatiza el escritor.

Trabajos periodísticos

El señor Pedro Rojas fue el responsable de que los escritos del ensayista empezaran a ser publicados en el periódico ‘El Nuevo Día’. Este medio gozó de tener entre sus correctores de estilo a Eugenio García Cuevas, quien luego pasó a ser editor de cierre de la sección cultural.

Mientras ejercía esta función, empezó hacer entrevistas a escritores. Como resultado de esto, crea la columna crítica ‘Subrayados’, que consistía en un ensayo crítico sobre un libro.

Sus escritos han sido galardonados varias veces con los premios más importantes y prestigiosos que se otorgan en Puerto Rico. Destacándose entre ellos el Pen Club de Puerto Rico y en varias ocasiones el Overseas Press Club de Puerto Rico.

Para el año 2002 sale del periódico El Nuevo Día. El escritor declaró que “por asuntos que ya hoy día ni merece la pena mencionar”. En este período da clases sueltas en varias escuelas, correcciones y ediciones de libros. Luego, fue contratado como editor cultural del periódico Diálogo de la Universidad de Puerto Rico.

Tras las secuelas de una huelga en la universidad, el periódico entró en crisis. En medio de esa crisis, el ensayista notó que mucha gente fue desechada ante los nuevos paradigmas de la comunicación. “Un buen día renuncié y decidí quedarme solamente dando clases y escribiendo”, comenta.

“Escritor”

Eugenio García Cuevas entiende que no merece el título de escritor, pues menciona que lo es “en construcción”. Esto, al saber que la Feria del Libro Dominicano en Nueva York 2016 ha sido dedicada en su honor.

En enero de 2015, el Comisionado de Cultura Dominicana en los Estados Unidos le notificó la grata noticia de la merecida mención por su obra y trayectoria. Lo primero que pensó el ensayista era que otra persona lo merecía, haciendo honor a la humildad que le caracteriza.

Resalta que muchas personas tienden a reducirlo a periodista, quizás porque nunca han leído sus relatos y mucho menos su poesía.

Como lector crítico, no opina de lo que no ha leído. Además, asegura que no se debe hacer críticas de textos de amigos o enemigos porque “estaríamos perdidos”, por lo que no acepta una crítica de nadie que no lo haya leído, así sea buena. Y resalta en este ámbito a Umberto Eco cuando decía “Todo texto es un campo abierto”.

Editorial Isla Negra

Con 25 años de creación, este importante sello editorial ha logrado ser el primero en vender derechos de autor a nivel internacional. Fue fundado en San Juan, Puerto Rico, en 1992 por el poeta domínico-puertorriqueño Carlos Roberto Gómez Beras, y el artista plástico y poeta puertorriqueño, Iván Figueroa Luciano.

El escritor dominicano Médar Serrata, explicó para el portal Editores y Editoriales Iberoamericanas, que la idea del proyecto Isla Negra Editores, surgió con la aparición del primer poemario de Gómez Beras “Viaje a la noche”, ganador del Premio Nacional del PEN Club de Puerto Rico.

“El libro fue publicado por la editorial Publicaciones Puertorriqueñas, donde Figueroa Luciano se desempeñaba como diseñador gráfico, bajo una colección titulada Colección Isla Negra, en homenaje a la casa que Pablo Neruda tenía en la localidad del mismo nombre”, comenta Serrata.

El arte de las portadas, las obras de pintores, así como las biografías incluidas en el doblez de la cubierta, son algunas de las características que resaltan en las publicaciones de Isla Negra Editores.

La idea original de los fundadores era dar conocer a los escritores puertorriqueños de la Generación de los 80. Desde entonces, Isla Negra Editores ha ampliado su red para incluir autores de otras generaciones y otras latitudes.

Con un impresionante catálogo, que tiene un estimado de 500 títulos, se encuentran obras de algunos de los autores más prestigiosos de la literatura contemporánea de Puerto Rico, República Dominicana y Cuba. Además de autores de España, Panamá y gran parte de la obra en español de Georges Ferdinandy, uno de los más importantes narradores vivos de la literatura húngara del siglo XX.

Carlos Gómez Beras tiene el privilegio de continuar en la dirección de una de las editoriales independientes más larga en la trayectoria literaria del Caribe insular hispano.

“Isla Negra Editores sobresale en Puerto Rico, no solo por la procedencia de sus autores, sino por el hecho de que los libros son diseñados y conceptualizados en San Juan e impresos en su mayoría en Santo Domingo, República Dominicana”, resalta Serrata.

Este importante sello editorial cuenta con una red de distribución no solo en la Isla del Encanto y Santo Domingo, sino que sus publicaciones se pueden encontrar en librerías de los Estados Unidos.

A través de Isla Negra, Carlos Gómez Beras ha logrado acuerdos y coediciones con importantes instituciones como la editorial de la Universidad de Puerto Rico, la librería La Trinitaria de República Dominicana, la Unión de Escritores y Artistas Cubanos (Ediciones Unión) y, el más reciente, el Instituto de Cultura Puertorriqueña.

Al referirse a este sello, el escritor dominicano Eugenio García Cuevas destaca: “Sin duda alguna, Isla Negra Editores es la editorial emergente e independiente del Estado más consistente de las dos últimas décadas en Puerto Rico y República Dominicana. Si 20 años no son nada, como decía Gardel, al menos 25 sí que son algo”.

(+) ESCRITORES Y PREMIOS

Isla Negra Editores ha fungido como agente literario en los primeros contratos internacionales de algunos de sus escritores. Resaltan entre estos, Pedro Antonio Valdez, con la Editorial Alfaguara; Reynolds Andújar, con la Editorial Norma y Pedro Cabiya, con la Agencia Literaria Carmen Balcells.

Además, ha recibido varios reconocimientos, como son: el Gran Premio Nuevas Publicaciones por la Feria Internacional del Libro de Puerto Rico (1999), el reconocimiento a la Promoción del Libro y Autores Dominicanos por la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo (2005).

En el año 2014 se convirtió en el primer sello caribeño en ser invitado dos veces a la prestigiosa Feria del Libro de Frankfurt, Alemania, a la que había asistido en 2011.

En ese mismo año, el Kennedy Museum of Art Ohio University organizó una retrospectiva de 22 años de diseño de las portadas de los libros de Isla Negra Editores, y en el 2015 la biblioteca de la referida universidad completó la adquisición de todo el catálogo del sello editorial.

Como resultado de esto, logra la venta de los derechos de autor de dos libros de su catálogo, ambos por el fenecido académico y escritor puertorriqueño Juan Antonio Rodríguez Pagan.

Carlos Roberto Gómez Beras

Eugenio García Cuevas

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