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QUÉ LEER

Micronorte

La milenaria interrogante del huevo y la gallina, tiene su versión literaria en el cuestionamiento: ¿Fue primero el género que la obra? En el caso del microrrelato, la manifestación coexiste con la teoría. Francisca Noguerol afirma en este sentido: «El establecimiento del “canon” del microrrelato es paralelo, por consiguiente, a la formalización estética posmoderna».

En el contexto de la XI Feria Regional del Libro celebrada en Tenares, se celebró Micronorte, el maratón de microrrelatos del Norte. En un primer momento se abordó la parte teórica del género, su estructura, posible génesis. En seguida procedió la conceptualización particular que cada uno de los participantes pudo externar a partir de su experiencia trabajando el género. Participaron Noé Zayas, Manuel Llibre Otero, Bergson Rosario, Quibian Castillo y quien les habla. La conclusión a la que arribaron los ponentes fue que el microrrelato no es un cuento mutilado, ni un aforismo, ni un chiste, ni mucho menos el extracto de una arenga moralizante: es una historia íntegra, únicamente que reformulada desde la síntesis. ¿Y qué es la síntesis narrativa? Pues el uso del mínimo de recursos descriptivos en los ambientes y personajes. El resultado final es una historia con todas sus partes, pero con la acción como eje de su contenido.

Con este planteamiento empezó Noé Zayas, secundado y argumentado por Manuel Llibre. También se abordó el tema de las estrategias a las que el microrrelatista acude a la hora de escribir una historia breve. Unas veces se recurre al uso de personajes ya validados por el imaginario colectivo, haciendo con ellos cuentos novedosos.

El cierre de todas estas elucubraciones se dio en la dirección de definir el género como lo que es: una manifestación artística, una posibilidad creativa y no una moda pasajera.

En la segunda etapa del encuentro se realizó una lectura de microrrelatos a la que se integraron Pedro Antonio Valdez, Valentín Amaro, Nathalie García y Eddy Sosa. Sus textos corroboraron los planteamientos iniciales.

Leyeron historias de largo alcance, contadas en la densidad de lo breve. Valdez, con «La señal lejana del siete», ilustró una cita que hiciera Llibre de su texto en la primera parte del evento.

A manera de definición, Micronorte fue un espacio para pensar el microrrelato, conceptualizarlo, definirlo y limitarlo, tomando como principal referente los textos de autores del Norte de nuestro país. Ya se generarán otros espacios, con estos y otros microrrelatistas donde se siga planteando, explicando y fortaleciendo el género. Quedan abiertas las puertas para Microeste, Microsur y, finalmente, para el gran Microdominicana.

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