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“En la prisión del tiempo” de Sobiesky de León

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Juan Martínez LuqueSanto Domingo

Poeta preocupado por la vida y sus enseñanzas. Poesía contada a veces con el néctar de un microcuento.

Hombre solitario en un pensamiento que deambula a la deriva con la intencionalidad de dar cobijo a su existencia. Cautivo de un manifiesto deseo de escribir poemas con odas fugitivas pensadas en el estrecho sentimiento de un horizonte intimo, envuelto en fantasía.

Sobieski de León es un poeta particular, sereno pero caprichoso en sus composiciones, donde juega y alterna pensamientos más que palabras, con sus ideas abstractas en un universo injusto para él que reflejan aconteceres de difícil comprensión porque su mundo, es un mundo más irreal, más tímido, menos tolerante y a través de sus prosas, tilda abiertamente situaciones delicadas con fragmentos que llegan al fondo del alma; Así, podemos confrontar cuando nos adentramos en su poema: “A una joven mujer abandonada”, que al hombre lo disfraza de animal, y que ante el lloro convertido en odio de aquella mujer contra el semejante masculino , hasta Dios la deserta, aunque al final, en un fragmento de inspiración, recuerda que el poeta nunca la olvidó y compuso una oda para ella. Aquí vemos las dos vertientes poéticas de Sobieski de León, de un lado esa atroz fuerza que condena a una humanidad injusta y a un Dios olvidadizo, y del otro al sentimiento verdadero de un poeta noble que con su pluma se alía al estremecimiento humano para resaltar el recuerdo hacia la mujer que sufre y llora injustamente.

Él mismo se da fuerzas en momentos de soledad, creando un ambiente de ánimos vigorosos, cuando en su poesía dedicada a Emil Sobieski, grita en su interior para rehacer una imagen cargada de envite, que como hombre adulto quiere sorprender jugando con el germen amoroso recrecido.

Relata su soledad cuando en “Esta Casa”, duendes silenciosos, atrapados entre luz y sombras, aparecen en medio de un mundo que solloza, vacío, en el patio donde pierde su mirada en paisajes haitianos, sin olvidar los recuerdos de su estancia en Rumania, evocando la mujer folklórica Grigorescu.

Aunque la parte más bucólica, la más inhumana de su libro: “La prisión del Tiempo”, la dedica a la democracia y de forma brutal, describe las miserias de un pueblo, la rigidez de un sistema, el sufrimiento de niños indefensos en el cruel mundo de abstinencia aunque hayan turistas con signos externos de abundancia.

No olvidemos una mirada rápida en la que al autor se sumerge en sus recuerdos, y con tallo espontáneo, nos describe San Juan, su ciudad natal, perenne en sus memorias, y con talante nos invita a conocer la espiga, el verdor, y otros frutos de sus campos para complacer su poemario.

Acabaría simplemente señalando el carácter de un poeta convertido en nostálgico y critico rebelde, que canta en una prosa única a la Palestina que sufre, y el mundo que lo ignora. Un extraño relato donde la poesía se convierte en un sentimiento en rebeldía.

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