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“Después de la lluvia” de Yrene Santos

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Isella Carrera LamadridSanto Domingo

Mientras se aclaran los cielos un silencio supone que todo se renueva, que las luces resucitan, que la vida emerge desde algún punto misterioso que viene del fuego. Y esto es lo que sucede con “Después de la lluvia”, de la poeta dominicana Yrene Santos, un poemario cargado de inmensos movimientos, y es gracias a esa constante arritmia que sus palabras desembocan y encajan a la vez en un mayor desplazamiento aun, el que se vive constantemente muy por dentro de uno mismo. La autora se permite sentir y que sintamos la añoranza hacia su tierra, sus febriles instantes y todo lo que supone el amor.

El sentido de pertenencia y añoranza de la autora son el ancla que sujeta los puntos más puros en su escritura tal como podemos palpar en estos versos del poema Partida:

Allá dejé cuerpos que me aman corazones fracturados desde antes del abrazo ese que dividiría esta vida en un antesy un después. Vine con el vientre preñado de ternura jardín completo creciendo alegre.

La poeta es una mujer de momentos y nostalgias defendiendo en cada verso el arte de eternizarlos. Y es que la nostalgia ha de ser el único alimento común de los poetas.

“Después de la lluvia” es un poemario prolijo, puro y terso, su lenguaje sencillo es capaz de transmitir esa increíble belleza de las cosas cotidianas que suelen escaparse cuando se utiliza un léxico enrevesado en su elaboración.

Encuentro una particularidad lúdica durante la transición de los poemas, y es que la autora logra transmitir perfectamente el momento en que elaboró cada verso, no cede ante al misterio y eso provoca que el lector se sienta cercano a aquel importante instante; tal como asoma el movimiento y el lugar en estos versos claves:

Dentro del parpadeo de las calles sigo los pasos rotos la humareda de las respiraciones atrapadas en el subway (…)

Cada poema apuesta por descubrirse a sí mismo en cada verso y describe al nivel más puro todo lo que ha acontecido antes y durante su escritura, como supone también los rezagos que se volcarán después de haber enhebrado el poema:

La música viene sujetando las cornetas del viento Ha invadido sus oídos con sus hormigas dulce le rechina la sangre se vuelve bizca su sombra” (…) Cree de nuevo en estos hilos conectando el infierno con la gloria

Encuentro en la poesía de Yrene Santos a una mujer que observa el sol ante un camino que se estrecha, siguiendo de largo y sin titubeos porque conoce muy bien el movimiento que sugieren las nubes. Leer su poemario como una vivencia íntima con sus palabras es la más acertada manera de tomar sus poemas, así se percibirá el momento en que cada verso se sublima hasta quedarse intensamente en lo más alto, poquito después de haber pasado la lluvia.

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